Varios deportes quedaron sin casa propia después de los Juegos Suramericanos
Para muchas disciplinas, los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018 fueron un gran impulso, sobre todo en el tema de infraestructura, ya que les quedó una gran herencia; sin embargo, para otros incluso fue al revés, ya que se quedaron sin un ambiente propio.
Para los Juegos se construyeron escenarios de última generación, pero no para todos los deportes. Varios, entre ellos esgrima, judo, karate, levantamiento de pesas, boxeo, rugby y bádminton, tuvieron que disputarse en recintos que fueron adecuados.
Un claro ejemplo es lo que sucedió con esgrima, que se desarrolló en uno de los ambientes del campo ferial, o el rugby, que se jugó en el estadio Samancha Urabi de Colcapirhua.
Una vez finalizado el evento, todo fue desmontado y el material deportivo guardado, dejándolos peregrinando de un lugar a otro.
Varias de estas actividades contaban con espacios bajo las graderías del estadio Félix Capriles. Uno de ellos es esgrima, que en las últimas semanas es noticia debido a que se quedaron sin un lugar donde armar las pedanas y entrenar.
La presidenta de la Asociación Departamental de Esgrima, Janneth Siles, explicó que una vez que los obligaron a salir de la recta de general del estadio Félix Capriles en 2017, para llevar adelante las refacciones, no han vuelto a contar con un espacio propio.
El caso es preocupante porque la esgrima requiere de un espacio determinado para armar las pedanas, pero además de un techo elevado para poder realizar los combates.
“En 2017 estuvimos peregrinando en diferentes lugares. Entrenábamos en casas particulares, hasta que la Alcaldía nos ofreció el coliseo Prefectural donde estuvimos desde 2018 hasta el mes de julio”, dijo Siles.
El problema surge porque la OTB donde queda ubicado el coliseo Prefectural, y que es un escenario polideportivo, solicitó el desalojo de la disciplina.
Ante esta contingencia, la Dirección Departamental de Deportes (Didede) planteó dividir el espacio que ocupa el tenis de mesa en el coliseo Evo Morales, que ambas disciplinas trabajen en el lugar.
Esta decisión, sin embargo, no fue aceptada por la Asociación Departamental de Tenis de Mesa. Su presidenta, Carmen Gómez, aseguró que se les reducirá al mínimo el espacio para armar las seis mesas con las que cuentan, lo que perjudicará en el entrenamiento y normal desarrollo de esta actividad.
La situación es preocupante, porque, si bien existen otras opciones, éstas podrían ir en contra del material deportivo con el que cuenta la asociación de esgrima, ya que se las tendría que armar y desarmar todo el tiempo.
La mayoría de las disciplinas esperaba contar con un espacio propio, sobre todo aquellos que nacieron con el impulso de los Juegos, como el rugby.
En este caso, las especificaciones para su práctica no son tan complejas como las de esgrima, pero sí requiere de un campo en el que se pueda colocar las H, que son como los arcos en el fútbol.
En el estadio de Colcapirhua se pusieron las H, pero tan sólo dos meses después de los Juegos la Alcaldía procedió a quitarlas.
Aunque el escenario ahora no está destinado enteramente para la práctica del rugby y debe ser compartido con el fútbol, aún pueden usar el campo, tal como sucedió hace unas semanas. Otras canchas que se adecuaron para el rugby están en el complejo Pulacayo, Club Futvalle y colegio AISB.
Una de las disciplinas que quedó prácticamente en la calle es el bádminton, que durante los Juegos se disputó en el coliseo Evo Morales.
El bádminton es uno de los deportes que nunca pudo contar con una casa propia, que reúna las mínimas condiciones para su práctica.
Antes del evento, los atletas entrenaban en coliseos de unidades educativas, en canchas multifuncionales al aire libre y tras los Juegos volvieron a la misma situación.