Alejandro Marañón, talento en el cine y pasión por las tablas
Alejandro Marañón, destacado actor de cine y teatro, tiene una trayectoria marcada por la pasión y la dedicación a su oficio. A lo largo de su carrera, Marañón trabajó en proyectos tan diversos como la obra UCU y en en producciones audiovisuales como Averno y en la internacionalmente reconocida serie La Reina del Sur. En entrevista con Los Tiempos, compartió su profundo recorrido artístico, desde sus primeros pasos en las artes escénicas hasta convertirse en protagonista de la película Mano propia, que aborda un controvertido caso de linchamiento en Bolivia y se estrenará en septiembre de este año.
- ¿Cómo inició en el mundo de las artes escénicas?
Tuvo mucho que ver mi madre y tuvo mucho que ver el colegio. Yo tenía, yo me acuerdo, la primera representación que tuve fue vestido de campesino, frente al colegio, haciéndoles cantar el Ave María. Muy curioso, ¿no? De muy niño, estaba ahí delante de ellos y me dijeron, tienes que hacerles cantar el Ave María. Y tal vez fue por la idea de que, de haber sido escogido, porque me hicieron varias pruebas, ¿quién puede hacerle cantar? Entonces yo, de loco, ahí me dije, puede ser así. Entonces me escogieron a mí y yo me paré delante de 300 niños y empezamos a cantar el Ave María, porque mi colegio es de fe y alegría. Creo que me gustó mucho estar delante del público a un principio. Puede decirse, sin duda, que a un principio fue mucha vanidad, mucha emoción, porque corría una emoción gigantesca la idea de ser reconocido y que te digan cosas, la idea de ser mirado.
- ¿Cómo continuó su formación artística?
Al salir del colegio, entré a la Academia de Arte y Talentos de Doña Jenny Serrano, que luego se convirtió en la Academia de Arte y Talentos de Buller Guidaurri. Estuve ahí una temporada, estuve en el show de Sálvese quien pueda una temporada también.
Después me retiré, había algo que faltaba. Entre eso encontré unas publicaciones de una obra de teatro que se llamaba Feroz, de Diego Aramburo. Ahí participaba una amiga que trabajaba con nosotros en el trabajo de mi papá y me fascinó, me gustó mucho la simpleza de la obra. Me gustó mucho cómo ha sido posible transportar al público a tantos escenarios o universos que cuenta la obra con nada.
No había nada en el escenario, eran tres actrices y un actor. Y dije, ¿cómo han hecho esto? Mi gran pregunta es eso, ¿cómo han hecho eso? Después supe que el director estaba en un taller de teatro, lo tomé, lo conocí a Diego y ahora somos grandes amigos, trabajamos juntos. Y poco a poco me fui metiendo en el mundo del teatro contemporáneo cada vez más.
- ¿Ese fue el camino para formar su grupo teatral?
Sí. Antes, previamente, trabajé mucho actuando con talleres de teatro aquí en Cochabamba, en el taller municipal, en el taller de la UPB con Claudia Eid, con Lía Michel en el mARTadero. Y luego armé mi propio grupo de teatro que se llama Madrastra porque creemos que madre sola hay una.
- ¿Cómo fue la experiencia de trabajar en La Reina del Sur?
Fue increíble, el nivel de trabajo, de compromiso, gente que sabe absolutamente bien qué es lo que tiene que hacer en todo el momento. Todos los equipos profesionales tenían una escala inmensa, Nos hemos instalado, hemos ido a hacer varias filmaciones en el Salar de Uyuni, nos han llevado a Colombia varias veces para hacer tomas, solo tomas de movimientos, acciones, paradas, porque era necesario, la producción pagaba todo eso, Telemundo.
- ¿Cómo se involucró inicialmente con la película Mano propia?
Me llamaron para hacer el casting para un papel muy pequeño. Luego me dijeron, a ver prueba para hacer este otro, que es un poquito más grande. Hice la prueba para ese otro papel, y me dijeron, haz la prueba para este, que es el protagonista. Claudia Geisel, que es la productora de Mano Propia, me solicitó eso. Hice la prueba, y a los pocos días me dijeron que gané el protagónico de Mano Propia, que para entonces se llamaba Tribus.
- ¿De qué trata la película?
Es un tema muy fuerte, habla sobre este linchamiento que sucedió en Chinauta, hace un tiempo, y quemaron a tres jóvenes que eran inocentes, y a otros dos los dejaron arruinados toda su vida porque tienen la mitad de su cuerpo quemado. Tres chicos murieron y las familias quedaron afectadas por este problema que fue totalmente injusto, porque trataba de un problema de blancas. Pasó algo muy turbio que se relacionó a intereses y apetitos personales de gente muy poderosa, que lo mejor que pudieron hacer fue culpar a estos tres muchachos que no tenían nada que ver.
- ¿Cómo fue la experiencia de filmar esta película?
Fue otra experiencia obviamente distinta, un poco más dura. Grabamos durante 28 días, seguidos allá en el trópico, en Palos Blancos, cerca de Beni. Para entonces estaba el peligro del dengue, pero la producción nos cuidó muy bien. Nos instalamos en una especie de balneario muy cómodo. El trabajo de cámaras, sonido, utilería, vestuario, y todo el equipo era sumamente reducido. Tenía que ser muy práctico para plasmar toda la historia en esos 28 días en un ambiente muy duro con calor sofocante y bichos.
- ¿Cuál cree que será la reacción del público al ver esta película?
Será muy controversial. Habrá gente que va a estar muy de acuerdo con lo que ha sucedido, porque habla de un linchamiento de unos supuestos ladrones. En la película tratamos de mostrar un poquito de la realidad. Que ellos no fueron culpables, pero hay mucha gente que dice que sí fueron culpables y que la familia anda encubriendo todo esto. Las reacciones serán muy divididas. Algunos estarán en contra de todo esto, de todo el tema del linchamiento, absolutamente. Todo el tema de realizar justicia por mano propia es muy fuerte y delicado.
- Ciertamente usted tiene una prolífica carrera en el cine y el teatro. ¿Qué consejo daría a los jóvenes que quieren iniciar en este mundo?
Esto es una una pasión. Si para ti no es una pasión, no lo hagas. Si no sientes que es tuyo, no lo hagas. Si la pasión te come las manos, te genera cosquillas y es un lugar donde sientes, donde dices, de aquí soy, entonces hazlo. ¿Qué consejos daría? Bueno, ensayen y trabajen mucho. Muchos creen que el producto artístico es obra de la genialidad y que la genialidad surge de la nada, cuando no es así. La genialidad de un producto artístico surge de mucho trabajo, mucho esfuerzo y cosas muy básicas, desde alimentarse bien, trabajar duro.