Las diferentes vidas del Museo de Arte Contemporáneo
JORGE LUNA ORTUÑO |
Una elegante casona
Uno de los hitos en la historia de las artes visuales en Santa Cruz de la Sierra fue la creación, en marzo de 1991, del Museo de Arte de Santa Cruz, hoy conocido como Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Es una de las edificaciones patrimoniales que pervive en el Casco Viejo de la ciudad, a sólo cuatro cuadras en dirección de la Catedral. Situado en plena esquina de las calles Sucre y Potosí, el estilo de su edificación es el de una antigua casona republicana rodeada por una galería tradicional con corredores en ambas aceras.
Al crearse esta vistosa casona en la década de 1920, fue conocida como la “Casa de los Tres Pavos”, llegando a ser admirada por los habitantes de la vecindad. El próspero estanciero Céspedes Roca fue quien mandó a construirla.
Lo sabemos gracias al historiador Aquiles Gómez Coca, quien le dedica a esta casona un pasaje de su libro “¡Qué tiempos aquellos de mi vieja Santa Cruz!”. Indica que el mencionado estanciero era un hombre de finos gustos, que mandó a esculpir tres aves de corral en alto relieve sobre el portón de la calle Sucre –ahora inexistentes– que dieron lugar al nombre de la casona entre los del lugar.
El constructor encargado fue José Cadario, quien colocó espaciosas salas que daban a las calles Potosí y Sucre, con puertas de dos manos y ventanas de buena altura, más los respectivos aposentos familiares en los interiores del primer patio. En aquellos tiempos, las costumbres mandaban que en la parte posterior se incluyeran espacios para la servidumbre, por lo cual se dispuso un segundo patio, donde estaban las pesebreras y cuartos de los servidores y los que vendrían de las estancias del dueño.
Desde aquellas épocas, posteriores a la Primera Guerra Mundial, datan los corredores de la fachada y de los interiores, que ofrecen frescura y sombra a quienes pasan por ahí, gracias a robustos horcones que otrora se conocían popularmente como “horcones de galería”. Aquiles Gómez destaca en este libro que la configuración de los pilares, hechos con ladrillos de media luna, eran un signo de la categoría social de su dueño, uno entre varios códigos de materialidad que debían notarse (las puertas a dos manos, los ventanales con balaústres torneados, etc). Gran parte de los rasgos más distintivos del diseño arquitectónico del Museo de Arte Contemporáneo se deben al gusto del Sr. Céspedes Roca, quien pensó en la distribución espacial como una vivienda familiar, con todas las comodidades propias de la época.
Escuela Neptalí Sandoval
En los años 30, el fallecimiento del estanciero Céspedes Roca provocó que el edificio pasara a propiedad del alemán C. Walter Frerking y su esposa Cora Osuna, otra familia muy bien acomodada que, teniendo su residencia en otra parte, no la requería para vivienda familiar. Por ello, la alquilaron para que allí funcionara la Escuela Neptalí Sandoval # 3. Esta década, como es bien sabido, estaría marcada para Bolivia por la Guerra del Chaco (1932-1935) que la confrontó durante cuatro años con el vecino país del Paraguay.
Muchos equilibrios se resquebrajaron. La vida de algunos colegios también se modificó, este fue el caso de la Escuela Neptalí: durante la guerra se convirtió en hospedaje de oficiales del ejército boliviano. Es así que los interiores de la vistosa casona fueron intervenidos, puesto que los dueños enviaron a realizar murales que fueran de utilidad para los temporales hospedados, imprimiéndole alusiones al sentimiento cívico patriótico, como ser el escudo y mapa bolivianos, realizados por el pintor Carlos Cortés.
Terminada la guerra, la casa-escuela-hospedaje de oficiales, previas reparaciones y revoques de pintura, retornó a sus actividades enfocadas en la educación. El mismo historiador Aquiles Gómez cuenta que llegó a ser estudiante de esta prestigiosa escuela, dirigida en aquel entonces por el Dr. José Ortiz Aponte, y se graduó en 1945, coincidente con la finalización de la Segunda Guerra Mundial. En años posteriores la familia Frerking Osuna traspasó la administración al Ministerio de Educación de Bolivia.
Nace el MAC
Por gestiones del entonces saliente director de la Casa de la Cultura, Marcelo Araúz Lavadenz, y con la complicidad del entonces ministro de Educación, Mariano Baptista Gumucio, quedó perfilada la idea de convertir aquella casona –que funcionaba a fines de los 80 como infraestructura para tres escuelas– en un museo de arte que incentivara a las artes plásticas como un salón especializado. La nueva directora de la Casa de la Cultura pasó a ser Cecilia Kenning, quien dio continuidad a las gestiones iniciadas por Araúz. Así lo confirmaron ambos en el encuentro “Generar Memoria: 30 años del Museo de Arte Contemporáneo” (15/09/2021, MAC).
Había también en aquella época la necesidad de dotar de infraestructura a la Biblioteca Central. Las gestiones debieron ocuparse, además, de hallar una nueva locación para la escuela Neptali Sandoval, una que fuera mejor por supuesto, para lograr el consentimiento de las escuelas y el del Ministerio de Educación.
Los documentos indican que el proyecto se consolidó el 14 de marzo de 1991, cuando recibieron la Resolución Ministerial 245 mediante la cual el gobierno dictatorial del Gral. Hugo Bánzer Suárez autorizó la creación de este museo.
Indica, además, que paralelamente a la dotación de equipamiento, se procedió a trasladar e instalar a la Biblioteca Central en el mismo edificio, llegando a acomodarse en los amplios espacios junto a la Infanto Juvenil. Se muestra que, en su nacimiento como Museo de Arte Contemporáneo, la edificación no dejó de tener una vocación multifuncional, que la acercaba más al espíritu de un centro cultural.
2022
¿Qué nueva vida le espera al MAC? Es la pregunta que ha vuelto a plantearse en este mes que se cumple otro aniversario de su creación. En una escena frágil como la cruceña, todavía se endereza la edificación de este museo no del todo museo, que extraña el ingreso de luz natural en sus salas y que aglutina en su arquitectura una rica historia llena de vidas camaleónicas.