Cultura. Ariel Torrico Rosas pinta, canta y diseña edificios
Ariel Torrico Rosas refleja el paisaje y las costumbres de su natal Pocoata, Arani, en la exposición de sus lienzos en el salón Walter Terrazas.
La pintura y la escultura no son las únicas aficiones del artista, puesto que también se dedica a la música, al margen de desenvolverse como arquitecto en el campo netamente profesional.
Tras un largo periplo que lo llevó hasta España en busca de nuevos horizontes, el artista cochabambino retornó en 2011 al país en busca de materializar los proyectos que se había propuesto llevar adelante.
Torrico cuenta que durante su estadía en el país vasco fundó el grupo Sur Inti, junto a muchachos de diferentes naciones. Su originaria experiencia musical en la escuela Mariscal Sucre en Punata, cuando era aún niño, comenzó a dar sus primeros frutos porque fue el responsable de la primera guitarra y los coros de la agrupación, durante la gira por territorio español.
“Cuando tenía 13 años ya componía, pero nunca grabé un disco por falta de apoyo, ya que nunca tuve contacto con ningún artista. Escribía y rompía las composiciones, porque me sentía impotente de grabar en algún estudio por el tema económico”, relató el originario de Pocoata.
Al regresar a Bolivia, fracasó en su intento de formar un grupo musical juntos a otros artistas cochabambinos, originando que se dedique íntegramente a sus estudios y logrando titularse como arquitecto, profesión que ejerce actualmente al mando de su empresa ATR Company.
Posteriormente, retomó la música creando el grupo Pachaj con la participación de su hermano Alex.
“Comenzamos a componer, manteniendo las raíces de la música folklórica y rescatando las costumbres de un pueblo. Nuestra primera canción fue ‘Llokallito’, tonada tinku, seguida por ‘Hombres valientes’, canción para mi hija, y ‘Juguete de barro’, que pronto saldrán en videos”, comentó.
Simultáneamente a la música se dedicó a la pintura, actividad en la que también se ha planteado cosechar éxitos.