La ciudad imaginada es siempre otra ciudad
Todas las historias que conforman este libro nos invitan a pensar en las posibilidades de la imaginación, facultad imprescindible para la supervivencia y la creación de otras realidades. Alberto Chimal escribe historias que fracturan los límites ordenados de la realidad y lo hacen arraigadas en espacios cotidianos, en situaciones familiares que, sin embargo, se descomponen mientras avanzan. Al doblar la esquina, en la próxima calle, allí nos detiene el autor para habitar de nuevo y de otra manera los espacios que hemos habitado tantas veces.
El escritor mexicano inicia su libro de relatos La ciudad imaginada (2022) con un ejercicio de creación —o destrucción— caprichosa, (¿qué libro no lo es?). El relato/ensayo que nos introduce en su obra y lleva el mismo título propone reflexionar sobre la ciudad a través del poder descomunal de la imaginación y la palabra. Así, en singular, como la hubieron pensado los más diversos autores en propuestas de lo más variadas aún, Chimal elige como objeto central a la urbe, cronotopo en el que habitamos nosotros, hijos e hijas de la modernidad. Sin embargo, “La ciudad” a la que se refiere el autor no podría estar más alejada “de la intelectualidad o la política”, en sus propias palabras.
Al ejercicio inicial que presenta lo acompaña un diálogo constante con sus lectores para pensar en respuestas posibles sobre el enigma de esta creación: sus pasajes y calles, coches, cines, pasos a desnivel, comercios, edificios, intersecciones y más. ¿Son todas estas, en resumen, la sustancia de la que está hecha la ciudad? ¿Y si despojásemos a la urbe de todas ellas, no quedaría otra corporalidad presente y perdida en ese páramo?
Precisamente, los relatos siguientes habrán de transitar otros lugares, tomarán otras vueltas o giros, encontrarán salidas y posibilidades, intersecciones y rupturas, conexiones y desencuentros a través de personajes que dan cuerpo a su libro. ¿Serán ellos los que queden después de las preguntas? Entre las páginas físicas o digitales que se sucedan en nuestra lectura, la ciudad será el libro y sus palabras los pasajes a nuestra imaginación.
La mediación de los símbolos en la aproximación al mundo se hace evidente en nuestras construcciones. La ciudad es una de ellas y por tanto puede ser reconocida en la propuesta de esta obra como un objeto. Según escribió Italo Calvino en su ensayo Rapidez, en el momento en que un objeto aparece en una narración, el mismo se carga de una fuerza especial; “se convierte en algo como el polo de un campo magnético, un nudo en una red de relaciones invisibles. El simbolismo de un objeto puede ser más o menos explícito, pero existe siempre”. Calvino añade y concluye su idea afirmando que en una narración, un objeto es siempre un objeto mágico.
Esta idea puede ser empleada para pensar en el objeto mágico que propone Alberto Chimal, y a pesar de hacerlo desaparecer (o quizás precisamente por ello), lo dota de una presencia mayor, lo convierte en ese campo magnético que acompaña la lectura de los siguientes relatos. Cada uno de ellos seleccionado para esta edición del libro, publicada por la editorial Yerba Mala Cartonera, tercera desde que se publicara en México por primera vez en 2009.
En el relato “Mesa con mar”, por ejemplo, seremos testigos de la distancia generacional entre una niña y su padre que se expresa en la posibilidad que tiene cada uno de ver las cosas de manera distinta.
La mirada infantil será el camino a otra realidad allí presente, invisible para los ojos adultos. También recorreremos “Corredores”, un relato laberíntico que deja cuenta de la cantidad de palabras suprimidas de su borrador inicial (70.000), en una especie de juego que evidencia el gran trabajo de edición que supone la escritura. A partir de esta historia imaginamos todo aquello que ha quedado fuera de las páginas de un libro. En “Cuerpo”, el autor narra la transformación de un personaje mientras se fusiona con la naturaleza en una especie de éxtasis sensorial.
Elija usted, dirá el autor y dejará el camino libre para nuestra interpretación en las doce historias que componen esta obra y que leeremos sin mapa mientras atravesamos las fronteras del horror, la soledad y el humor.