Historia de Thomás Bata
La ciudad Checa de Zlin, que en ese entonces era parte del imperio Austrohúngaro, ahí nació la familia Bata. El abuelo se llamaba Tomás Bata, quien fue un visionario del sector del calzado, nació en 1876 y murió en 1932, proveniente de una familia de zapateros.
La empresa se inspiró en el modelo de empresa de Henry Ford. Durante la Primera Guerra Mundial se convirtió en uno de los principales fabricantes de calzados del Imperio Austro-húngaro. Supera la Primera Guerra Mundial y con el fin del imperio Austrohúngaro comenzó su expansión en Europa, Norteamérica y el Norte de Africa. En 1931 se abrió en Francia, Bataville (Lorena), para cesar sus operaciones en enero de 2002. En 1932, Tomás Bata fallece en un accidente aéreo y su hijo Thomás Bata (1914 – 2008) se convierte en el nuevo dirigente de la compañía. En 1939 la fábrica es requisada por los nazis y más tarde, en 1945, es nacionalizado por el estado de Checoeslovaquia. Determinado a seguir adelante, Thomás Bata funda en 1946 en Canadá una nueva sociedad: Bata Shoe Organization. La empresa ha continuado sobreviviendo y se ha expandido por el mundo, abriendo más fábricas, especialmente en India. La familia Bata han sido generosos donadores, sobre todo en Canadá, donde fundaron varios proyectos como el Museo Bata Shoe en Toronto y la Biblioteca Bata en la Universidad de Trent.
La empresa BATA fue fundada por Tomás Bata en 1894 en Zlin, más de 120 años después, otro Thomás Bata (el bisnieto) es el encargado de las operaciones de Chile de la multinacional checa dedicada al calzado, que en la actualidad registra ventas por 3.000 millones de $us./año
Thomás Bata, soltero, a sus 26 años, se centró en Chile, donde la familia es la principal accionista.
El abuelo fue el que tuvo el desafío de hacer crecer el negocio fuera de Europa.
Chile es el país más importante de la región para la compañía junto a Colombia, actualmente: “Del total de las ventas de Latinoamérica, Chile representa el 20 %.
DE EUROPA A BOLIVIA
Con las ideas y pensamiento de Thomás Bata, el padre de la industria del calzado en el mundo, un grupo de jóvenes entusiastas llega a Bolivia, checoeslovacos europeos al frente de Zvonkp Mauoreck y con la determinación de instalar, en la ciudad de Cochabamba, una empresa manufacturera destinada a la fabricación y comercialización de calzado.
PERSPECTIVA DE UN GRAN IMPACTO SOCIAL
El propósito fundamental era calzar al obrero, al pueblo en general, llegando a lugares donde mucha gente no tenía acceso al uso de calzados. Con este enfoque y con la perspectiva de un gran impacto social, es que esta nueva industria adopta el nombre de MANACO, que quiere decir MANUFACTURA NACIONAL COCHABAMBA, como marca comercial registrada para todos los productos y que fue rápidamente conocida como la expresión genuina del espíritu de Bolivia, basado en el desarrollo de la libre iniciativa, proyectada a capacitar, crear y expandir el ambiente laboral en la ciudad de QUILLACOLLO – Cochabamba – Bolivia.
EL PRIMER PAR DE CALZADOS
El 4 de julio de 1940 a una cuadra de la plaza principal de Cochabamba, en la calle General Achá, salió de sus líneas y se instaló en la ciudad de Quillacollo, en la misma ubicación que actualmente sigue funcionando.
TOMÁS BATA, EL ZAPATERO PRODIGIOSO
“Cuentan que tras disfrutar de su luna de miel, el empresario checo, Tomás Bata, le confesó a su esposa, Marie Batova que tenía una amante a la que jamás abandonaría. Y así fue. El industrial consagró toda su vida a un gran amor: la TSA Bat’a Shoe Company, una innovadora empresa de calzado que en pocas décadas acabó convirtiéndose en un exitoso negocio”.
FUNDACIÓN DE LA MANACO EN QUILLACOLLO
La historia de Manaco, nace el 4 de junio de 1940, cuando un grupo de inversionistas checoeslovacos llegaron a Bolivia, escapando de la tragedia y el horror que sembró la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente la ciudad de La Paz fue la asede de la fábrica, pero el encanto del valle cochabambino cautivó la atención de inversionistas.
Al respecto en el folleto Manual del Trabajador se lee lo siguiente:
“El visitante que llega por primera vez a la fábrica Manaco o el trabajador que ingresa a la misma, difícilmente puede imaginar los modestísimos comienzos de esta industria que en 1940 era apenas un taller artesanal instalado EN LA CALLE General Achá de la ciudad de Cochabamba, exactamente donde ahora está la elegante tienda MANACO No. 1 de esa ciudad. A fines de ese año, la fábrica se trasladó a los terrenos que actualmente ocupa, donde en un pequeño galpón trabajaban no más de 30 personas. Desde su fundación la fábrica ha crecido mucho y ha sido ampliada con nuevas y modernas instalaciones que la hacen la principal industria de calzados en Bolivia. De la elaboración de calzado de cuero con que empezó, pasó a la producción de calzado de goma y plástico y el curtido y elaboración de sus propios materiales” (Manaco 1967:1).
Los terrenos de la fábrica Manaco se han comprado de la familia Artero, siendo el comprador Polasek (cf. Gerentes), el mismo ha puesto la primera piedra y ha empezado a levantar la fábrica. En un principio era un galpón y nada más, ahí estaba la curtiembre y otras secciones.
Para 1944 la pujanza de la empresa permitió albergar alrededor de 1.800 trabajadores, dándoles una nueva dinámica a la vida de los quillacolleños, transformado el ritmo de una población predominantemente agrícola a una ciudad pujante en constante crecimiento. Un claro ejemplo de la fortaleza de Manaco fue que durante el auge de la minería, calzaba al 100% de los mineros y sus familias.
El 12 de enero de 1944, se fundó el Sindicato Fabril Manaco, siendo el mayor sindicato de Bolivia.
“Ni la alcaldía, ni la policía, ni el subprefecto tenían la autoridad de este gremio, pues los 'manaqueños' gozaban del respaldo de toda la población quillacolleña”
El dinamismo de la empresa contribuyó al crecimiento de Quillacollo, otorgándoles urbanización, colegios, espacios deportivos, una fraternidad y hasta un club de fútbol. En este sentido, se crearon los barrios, Manaco, 12 de enero y Esmeralda, para asegurar la vivienda y estabilidad de las familias que eran parte de la empresa. Las unidades educativas THOMÁS BATA Y San Martín de Porres fueron creadas para la formación exclusiva para los hijos de “manaqueños”, también fueron exigidos campos deportivos como el complejo fabril y el coliseo. Por ultimo dos importantes creaciones: La gloriosa diablada Thomás Bata, la primera en Quillacollo y el añorado Club Deportivo Bata, que fue uno de los fundadores de la Liga de Futbol Profesional Boliviana en 1977.
Para 1944 la pujanza de la empresa permitió albergar alrededor de 1.800 trabajadores, dándoles una nueva dinámica a la vida de los quillacolleños.