Neva Camacho. “Mi casa está dentro de mi taller”
“Nadie es profeta en su tierra”, reza un viejo adagio que se ajusta a la extensa trayectoria de la artista plástica boliviana Neva Camacho, quien triunfa en Ecuador desde hace más de dos décadas.
La artista cochabambina volvió a la Llajta para exhibir “Alegoría ancestral”, muestra que también se presentará en Buenos Aires, Argentina.
¿En qué consiste “Alegoría ancestral”?
Esta muestra es mi última serie de la que voy trabajando hace una década: los símbolos precolombinos integrados a mis colores vivos.
¿Cuántas obras expone en esta oportunidad?
Son 17 lienzos, pintura acrílica .
¿Se desenvuelve mejor en técnicas de óleo y acrílico?
Realmente prefiero el acrílico por comodidad. Solía decir que mi taller estaba dentro de mi casa, ahora digo que mi casa está dentro de mi taller.
¿Como se abrió espacio en Ecuador?
En los años 80 y 90, muchos artistas se presentaron en Quito, sobre todo acuarelistas, y dejaron una muy renombrada reputación de los bolivianos, era muy apreciada la acuarela boliviana. Egresada el 92 de la Escuela Raúl G. Prada, decidí probar suerte, había hecho amigos con los que me escribía cartas, y un día de mayo, mochila al hombro, me fui, el año 93.
¿Por qué decidió radicar en ese país?
Ecuador es un país pequeño y megadiverso, resultaba fácil viajar de una ciudad a otra, me gustó mucho el cambio de clima. En un par de horas se está en la playa o en el oriente o la sierra. Tenía otra moneda y una economía estable, y al ser un país muy turístico, por su diversidad y las islas Galápagos, me resultó muy atractiva. Seis años después llegó mi primer hijo (Axl) y tres años después el segundo (Kehoma). Tener hijos ecuatorianos, creo que fue la razón más fuerte para sentirme arraigada. Estoy divorciada hace cinco años, pero tan acostumbrada que sin duda la considero mi segunda patria.
¿El talento boliviano es reconocido en el exterior?
Sí, y mucho, sobre todo la acuarela boliviana, de gran trayectoria de los que fueron en los 80 y 90.
¿Por qué sus obras se caracterizan por llevar propuestas surrealistas?
La libertad de manejar los elementos y el color es el resultado de casi tres décadas pintando, buscando mi identidad dentro de la pintura y encontré en la cosmovisión andina esa riqueza de elementos encontrados en los vestigios, cerámicas, maderas, piedras, conchas, arcillas y tejidos, además de signos y símbolos .
¿La capacidad de los virtuosos bolivianos está a la altura de sus pares de Sudamérica?
Con seguridad, sí, quizás falta el intercambio de exposiciones para dar a conocer a tan importantes artistas que surgieron en todos nuestros países, en especial los bolivianos. Hace falta un diccionario de artistas bolivianos, existe uno en Ecuador: “Diccionario crítico de artistas plásticos de Ecuador del siglo XX”, y como residentes a mucho orgullo nos tomaron en cuenta a José Luque (+) y a mí.
¿La escuela Raúl G. Prada es un buen cimiento para los artistas nacionales?
Por supuesto, soy egresada de la misma. La baja de alumnos porque se retiraban era alta en esa época, puesto que ingresar a una escuela de arte sin habilidades no es aconsejable. La formación en la parte teórica es el apoyo a quienes nacemos con habilidad, creatividad y sensibilidad. Hoy en día existen grandes artistas en la dirección de la institución a diferencia de otras épocas, en que estaban normalistas con menos experiencia pictórica. El arte es práctica día a día .
¿Qué planes tiene previsto materializar a corto plazo?
La importancia de dar a conocer mi propuesta en otros espacios culturales, es por esa razón que llevaré esta “Alegoría ancestral” a Buenos Aires, Argentina, las próximas semanas.