Achocalla. La escuela que comparte la sabiduría andina para formar guías espirituales
El interés por la sabiduría andina reunió a un grupo de personas que conforman una “escuela” en Bolivia dedicada a compartir ese conocimiento a quienes han sido “elegidos” por la naturaleza y transformarlos en guías espirituales o yatiris en la cultura aimara.
Los sabios andinos, también conocidos como yatiris o amautas, son los encargados de atesorar los saberes sobre la naturaleza, las plantas medicinales y el devenir a través de distintas prácticas o ceremonias, que integran la cosmovisión de los Andes.
“Lo que queremos es ayudar a la humanidad para que podamos vivir en armonía”, dijo Manuel Alvarado, el director de Paka-Illa, un centro dedicado al estudio de la historia oral andina y la medicina ancestral que alberga a la escuela de saberes ancestrales.
Ésta es la “primera” que hay en el país, aseguró.
Cada domingo, más de una veintena de personas se reúnen e una casa a medio construir en el municipio rural de Achocalla, a 17 kilómetros al suroeste de La Paz, para recibir la instrucción que imparte Alvarado.
Las charlas se hacen en una pequeña sala en la que al centro se coloca sobre un aguayo, una tela multicolor hecha a mano propia de los pueblos andinos, un montón de hojas y cuya función es importante para que los asistentes entren en “diálogo y equilibrio”, dijo.
“Lo único que nos interesa es compartir la sabiduría” por eso a diferencia de otras escuelas que cerraron “no se cobra” ni un centavo, afirmó Alvarado.
Señalados por la naturaleza
Alvarado mencionó que “no todas las personas” están llamadas para ejercer como sabios, sino únicamente aquellas que tienen una marca de nacimiento y que por eso cuando recién se integran a este aprendizaje deben mencionar cuál es su don.
A partir de esto, se van impartiendo los conocimientos sobre el universo, los animales o las plantas “no para un bien propio”, sino “para el resto de la humanidad”.
El director de la escuela insistió en que uno de los trabajos principales está en aplacar el “ego” y los apegos además que quien quiere continuar este camino debe tener una clara voluntad de “aprender”.
Humberto Flores, quien hace algún tiempo se recibió como “guía espiritual”, dijo a EFE que pese a culminar esa formación sigue aprendiendo mediante la comunicación con la naturaleza y los demás seres.
Aseguró que el conocimiento que adquirió “no se halla así nomás” como en el colegio o la universidad sino que se trata de una sabiduría que “va de boca en boca”, desde los más ancianos.
Dentro de estas prácticas, el rol de las hojas de coca es central para interpretar varios aspectos de la vida y cuya lectura o diálogo se basa en la ubicación geográfica, la forma de cada lámina de la planta y su posición.
También está el conocimiento de las plantas medicinales que se recogen del altiplano o de las montañas y que sirven para aplicar tratamientos que, según dijo Flores, sirven para dar calidad de vida o la sanación completa en el caso de enfermedades graves, sin que esto se oponga a la medicina científica.
La sabiduría y las tradiciones ancestrales de las culturas andinas son reconocidas por el Estado boliviano e hicieron parte de las ceremonias oficiales en los gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (desde 2020).