Comida y humor, los ingredientes esenciales del éxito de Frede Brocha
Su carisma y su graciosa forma de preparar recetas, expresando las frases “Guchi Guchi”, “María Carlota”, “Ricarda” o “Leche de Unicornia”; han llevado a Frede Brocha a convertirse en una celebridad de las redes sociales y de la cocina. Esta semana sorprendió a sus seguidores, especialmente bolivianos, cocinando un plato tradicional cochabambino: el pique macho.
Su verdadero nombre es Alfredo Briceño, tiene 30 años y es oriundo de Venezuela. Y aunque muchos podrían afirmar que es cocinero o estudió gastronomía, Frede es diseñador gráfico de profesión. “Yo lo que sé lo he aprendido de manera empírica y de mi mamá también. Eso sí, mi mamá tiene muy buena sazón y yo creo que eso le heredé a ella”, asegura orgulloso.
Actualmente reside en Colombia, país al que se mudó en 2017 debido a la situación por la que atraviesa Venezuela. Frede tenía una empresa de diseño que inició en 2012 y que poco a poco fue decayendo. Ya Colombia, comenzó en un spa de uñas, luego formó parte de una empresa ejerciendo su profesión como diseñador gráfico y desde 2019 es uno de los foodies más conocidos en Tik Tok, YouTube y Facebook.
Más allá de las recetas, que son fáciles de realizar, lo que ha hecho que Frede se convirtiera en el favorito de muchos es su sentido del humor. Aunque recibe críticas y burlas, siempre encuentra motivaciones para continuar y con sus más de ocho millones de seguidores demostró que siendo uno mismo, “loco y apasionado”, le va muy bien. Tras su exitoso video del pique macho, que superó las 200 mil reacciones en Facebook, Frede conversó con Los Tiempos.
—¿Cómo entras al mundo de la cocina?
—En mi casa, cuando vivía en Venezuela, yo no cocinaba nada, sí sabía hacer cosas, pero no es que me ponía a cocinar, jamás. Entonces, cuando me vine acá (Colombia), me vine solo y tenía que valerme por mí mismo. Recuerdo que las primeras veces que cocinaba yo decía ‘pero ¿qué es esto?’ (ríe). Entonces ahí fue que hice como un shock y dije ‘no, yo tengo que aprender más de cocina porque yo no puedo seguir comiendo así’. Hacía unas lentejas desabridas, un arroz que se me pegaba, era como que muy raro todo. Y así empecé a buscar blogs en internet y vídeos en YouTube, entonces me enamoré de la cocina.
Yo creo que no sabía que tenía -vamos a llamarlo así- ese talento. En mi trabajo, cuando llevaba mi comida en mi coquita (como le dicen acá), mis compañeros me decían que les deje probar porque se veía todo rico; y yo les daba y me decían que sí estaba rico. Fue como un encuentro con la cocina y con la gastronomía que yo no me esperaba, porque yo no me imaginaba estar subiendo videos de cocina en internet, no lo tenía en mente.
—¿De dónde sacas las recetas?
—La mayoría de libros, y las pruebo antes de hacerlas. Pero los libros a veces no son muy específicos o a pesar de que tienen sus cantidades ahí, pues a veces la humedad, el clima, todo eso tiene mucho que ver en la cocina. Uno cree que no, pero sí. Las pruebo y les voy cambiando ingredientes para darle mi toque y al mismo tiempo para que la receta quede muy bien hecha. He comprado muchos libros de cocina, ya tengo demasiados, y aparte de las recetas he comprado también libros sobre cómo funciona la cocina, cómo saber si las verduras están bien hechas, cuánto tiempo debo cocer un huevo para que esté listo, no sé, cosas así. Entonces sí siento que he aprendido mucho a pesar de todo, que no es mi carrera, pero sí siento que ha nacido en mí esa pasión por la llama de la engordación (ríe). Yo no planeaba esto.
—¿Cómo te animas a crear este tipo de contenidos?
—Yo hacía un contenido diferente en YouTube y lo veían como 4 o 5 personas, ¡que les agradezco! (ríe), pero era muy diferente, era un contenido más que todo informativo, como más del tipo de youtuber que seguía las tendencias. Luego que conocí la cocina dije bueno, ‘¿qué tal si empiezo a hacer vídeos de cocina?’. Entonces, como me decían que la comida me quedaba rica, yo dije vamos a empezar a ver, y de hecho los primeros vídeos que hice ni siquiera hablaba como hablo ahorita, hablaba normal, no es que me ponía a decir ‘¡Ay hola, bienvenida, cariña!’ (ríe).
—¿Y cómo empiezas con esas frases? ¿Cuándo empiezas a mostrarte así de extrovertido para narrar las recetas con humor?
—Empecé en Tik Tok. O sea, yo empecé subiendo videos de cocina en YouTube en octubre del 2019, pero la gente me empieza a conocer cuando empecé a subir videos en Tik Tok. No sé por qué me dio por hablar así, yo montaba mis videos y me parecían que se veían un poquito sosos, ni siquiera yo me entretenía viéndome (ríe). Entonces dije 'le hace falta como algo’ e hice un video probando y empecé a hablar como loco y recibí muchas críticas, negativas al principio, me decían ‘habla bien, ¿por qué hablas así?’, entonces me encantó, porque eso generó que la gente comentara y dije ‘yo voy a seguir haciendo esto’. Ahí empezó a nacer lo que vienen a ser las frases de ‘Guchi Guchi’, ‘Ricarda’. Eso fue en febrero del 2020.
—¿Cómo te sientes con el cariño de tus seguidores?
—Excelente. Realmente me siento muy, muy bien. Yo no estaba acostumbrado a recibir tantos mensajes de cariño, tampoco estaba acostumbrado a recibir mensajes de odio (ríe), pero claro, uno siempre se enfoca en la mayoría y gracias a Dios que la mayoría han sido comentarios muy buenos, muy positivos, y pues ahorita con la receta del pique macho mucha gente de Bolivia me ha escrito y me ha dicho que se sienten orgullosos, me felicitan, me dicen que gracias por hacer la receta sin hacer una conversión loca porque había gente que se ponía a inventar y terminaron haciendo un sacrilegio. Por eso a mí me da miedo hacer recetas de otros países. Es bonito innovar, sí, pero en cuestión representativa de platos gastronómicos de cada país, pues la gente es muy seria, como que ‘el plato es así’ y claro, de ese plato pues ya depende en qué región lo preparen y le agreguen unas cositas; pero siempre hay como un plato predilecto y mucha gente de hecho me dijo que el Pique Macho que hice pues estaba bien y eso me alegra mucho.
—Como en todo lugar, existen haters que de alguna forma buscan dañar a los demás y lanzan comentarios de odio. ¿Cómo lidias con esto?
—Antes me afectaba mucho. Yo podía ver mil comentarios positivos, pero veía uno negativo y me enfocaba en ése. Pero yo creo que con el tiempo, uno se llena de todo ese cariño que le envía la gente, de las buenas vibras; entonces ya son comentarios que no valen la pena ni siquiera ver, yo paso de largo. No me enfoco en esos comentarios, sino, más bien, me enfoco en responder los que me envían con mucho cariño y mucho amor. Antes me afectaba porque incluso era hasta de manera muy personal, entonces me sentía como que cuestionado y me empezaba a preguntar '¿será que tengo que cambiar o qué tengo que hacer?’ y me sentía como un tonto, luego me di cuenta que no, que no puedo sentirme así por tres personas que comenten mal contra, no sé, un millón que me comenten bien.
Creo que uno tiene que aprender a superar eso y, claro, valorarse. Yo creo que una de las cosas que más me encanta de lo que hago es eso: que la gente me escribe diciendo que habían tenido un día triste, un día apagado y que vieron mis videos y se alegraron. Yo me siento honrado, eso es lo más bonito de todo.
—Vamos a lo que quieren escuchar tus seguidores de Bolivia, ¿cómo te fue con la preparación del pique macho? ¿Qué receta seguiste?
—Fue una odisea para conseguir los locotos, aunque aquí le dicen rocoto. Fui al supermercado y lo que había era pimentón -los que no son picantes- y de hecho yo los compré, el verde, el amarillo y el rojo; qué son los colores de la bandera de Bolivia. Pero pregunte por Facebook y me dijeron ‘no, si no lleva locoto no es Pique macho’ y yo no puedo hacer algo solo por hacer, yo tenía que conseguir ese picante. Entonces me fui a un mercadito, más bien un mercadote, acá en la ciudad de Medellín, y sí, ahí estaban los rocotos. Claro, me puse a investigar antes de ir porque también el nombre de los ajíes a veces cambia dependiendo del país. Pero sí los conseguí, de hecho, compré demasiados y no sé qué voy a hacer con tanto (ríe).
—Tienes la atención de tus seguidores de Bolivia, especialmente de Cochabamba, de donde es el pique macho.
—Yo estuve averiguando muchísimo sobre el plato, vi varios vídeos, vi varios blogs y aprendí que la mayoría de ajíes provienen de allá de Bolivia. De hecho, el homenaje que le hice al plato, poniendo las semillitas en los bordes, fue por eso, porque es picante y yo dije hay que ponerle así para que sea un honor para el país. Me parece un plato muy rico, de verdad me fascinó y ojalá que tenga la oportunidad de ir un día a Bolivia y probarlo allí. Me gustaría mucho.
A todos los bolivianos hermosos que me siguen, a todas las unicornias bolivianas, les envío un abrazo muy grande y, de verdad, gracias por todo el apoyo, gracias por tanto y por apoyarme siempre en mis recetas. Y bueno, no es la excepción el pique macho que en tan poquito tiempo tuvo tantos likes, tantos comentarios y me encanta que se sientan orgullosos de que yo haya hecho ese plato tan hermoso y tan delicioso, ¡tan ricarda! (ríe).
Por ahí me han dicho mucho que prepare la sopa de maní y tengo que probarla. Espero que Bolivia sea uno de los primeros destinos a los que vaya cuando pase un poquito todo esto.
