“Romeo y Julieta”: la naturaleza también celebra San Valentín
Danitza Claros
Los Tiempos
Hace una semana, Los Tiempos dedicó una nota por el aniversario 18 del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, en la cual se destacó la presencia de las ranas del Centro K’ayra.
“Romeo y Julieta”, una pareja de ranas alto andinas, desencadenaron una conmovedora historia de amor digna de recapitular de manera más profunda, pues nos encontramos en vísperas de la celebración de San Valentín, una fecha que de a poco ingresó en nuestro contexto y cultura. De este modo, hoy por hoy toma más fuerza y realce. ¡Y por qué no tomar esta inspiradora historia para conmemorar este 14 de febrero!
Romeo y Julieta: la ciencia del amor
Todo comienza con el rescate de la rana Romeo, en las aguas frías del lago Titicaca. Romeo en cierto momento fue un espécimen amenazado que debía ser protegido, esta situación llamó la atención de biólogos, estudiosos y voluntarios del Centro K’ayra, quienes, motivados por su instinto de conservación, iniciaron labores de rescate para dicha especie.
Los Tiempos

Las tareas se realizaron satisfactoriamente, considerando de modo profesional todos los cuidados y requerimientos para sacar a Romeo de su hábitat de origen y adaptarlo a un nuevo hábitat de preservación.
Hablar de la rana Romeo sin duda es hablar de inspiración, pues simboliza un gran logro insignia para los trabajos de conservación, no sólo a nivel Bolivia sino también a escala mundial. La historia de Romeo trascendió fronteras, obteniendo cobertura en la cadena internacional BBC y también aplicó en RRSS para buscar pareja: Romeo tuvo su propio perfil, ganando así más fama y popularidad. Se logró exitosamente la respuesta esperada y encontró pareja después de casi 10 años de soledad, un gran avance para el Centro K’ayra, que hoy alberga a un total de seis ranas alto andinas.
El portal mongabay.com también celebró la espera de Romeo: “Tras una década en soledad, la rana acuática Romeo encontró a su Julieta. Los científicos que han fungido de chaperones de una especie que se resiste a extinguirse esperan ahora que el apareamiento traiga como feliz resultado una nueva generación de ranas Sehuencas (Telmatobius yuracare) para Bolivia”.
Los Tiempos

La campaña que desarrollaron los investigadores para buscarle pareja a Romeo promovía la idea de un romance sin precedentes, aunque, en el fondo, la verdadera historia de amor era más una historia de supervivencia. La rana Telmatobius yuracare, bautizada como Romeo, era el único ejemplar de su especie en cautiverio que logró aguardar 10 años para reunirse con más individuos hallados en los bosques nubosos de Bolivia.
Ante la necesidad de búsqueda por una compañera para Romeo, los científicos tomaron el día de los enamorados, 14 de febrero de 2018, como una fecha estratégica para lanzar la campaña #Match4Romeo en una popular plataforma de citas. “El objetivo: recaudar 15 mil dólares para financiar la búsqueda de Julieta. Sin embargo, la campaña fue tan exitosa que el monto final bordeó los 25 mil dólares. Con estos fondos, el equipo del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny en alianza con Global Wildlife Conservation organizaron una expedición a un bosque nuboso de Bolivia y encontraron el remedio para evitar la extinción de Romeo: cinco ranas Telmatobius yuracare, dos de ellas eran hembras”.
Las expediciones partieron en noviembre de 2018. Al principio no obtuvieron resultados, pero creció el desafío y la presión por hallar a Julieta. Desde las mismas cuentas de Romeo en redes sociales e incluso desde las cuentas de sus seguidores, se enviaban mensajes a los investigadores.
“Vi el tuit de Romeo expresando todas sus esperanzas”, recuerda la bióloga Teresa Camacho Badani, líder de la expedición y jefa del departamento de herpetología del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny en Bolivia. “Pero aun así la búsqueda continuó hasta los primeros días de diciembre, que fue cuando encontraron al primer macho. Con más expectativas, salieron al día siguiente y apareció Julieta junto a tres ranas más. Era la primera vez en una década que los biólogos veían a cinco ranas acuáticas de Sehuencas en estado natural. El equipo de investigadores buscó en hábitats muy bien conservados como algunos arroyos en los bosques nublados, específicamente en aquellos situados en el límite entre Cochabamba y Santa Cruz, dominios de los municipios de Pojo y Comarapa”.
En su momento, la líder de la expedición aseguró que la reproducción de la pareja en cautiverio era una nueva experiencia para el centro de anfibios, porque se trata de una primera vez trabajando con la especie Telmatobius yuracare. De principio, incluso se consideró aparear a los otros machos con las dos hembras, pero esto resultó una idea prematura; también surgió la posibilidad de conservar los espermatozoides de Romeo para intentar una fertilización in vitro y luego devolver a las ranas acuáticas a su hábitat natural.
Inicialmente y por medidas de seguridad, las cinco ranas se mantuvieron en cuarentena en un ambiente construido especialmente para este fin. Los científicos necesitaron analizarlas para establecer si portaban o no alguna enfermedad que pudiera comprometer la salud de los demás anfibios que viven en el Centro de conservación.
Actualmente, teniendo un nuevo acercamiento con su director Ricardo Céspedes, se obtuvieron datos recientes sobre el historial de Romeo y Julieta, las ranitas continúan en el Centro K’ayra y se encuentran muy saludables, prontas a estrenar hogar, un cambio que da esperanzas en el tema de reproducción. Céspedes también menciona que el estudio tomará tiempo.
“No conocemos mucho sobre su reproducción, ni las estaciones en las que se aparean, por lo tanto, es necesario estudiar este comportamiento, ya que aún no se logró que tengan renacuajitos”.
Las seis ranas alto andinas del Centro K’ayra permanecen en manos de profesionales con fines de conservación y estudio, todas se hallan en acuarios aptos para su bienestar; con algunas variantes, como señala su director: “Solamente estuvieron juntos Romeo y Julieta, sin embargo, los separamos para ver si la distancia estimula más el amor”. Entre estos ejemplares, sólo Julieta es adulta y desarrollada, capaz de mantener encuentros con Romeo.
A pesar de que en la literatura tradicional “Romeo y Julieta” sea un romance sin final feliz, en este caso la naturaleza demuestra todo lo contrario: la rana Romeo esperó 10 años en soledad y por fin su Julieta llegó, marcando una luz de esperanza para su especie y una gran satisfacción para los biólogos del Centro K’ayra, quienes están a la expectativa de ver el fruto de este amor.