Duelo y homenajes: el último adiós al príncipe Felipe de Edimburgo
El príncipe Felipe, marido de la reina Isabel II, falleció ayer, a los 99 años, en el castillo de Windsor, al oeste de Londres. Nació en la isla griega de Corfú, el 10 de enero de 1921.
La muerte del duque de Edimburgo generó un alud de reacciones de afecto por parte de Casas Reales, Gobiernos de todo el mundo y población en general, quienes expresaron su solidaridad a la familia real británica.
La abadía de Westminster, donde Felipe se casó con la entonces princesa Isabel el 20 de noviembre de 1947 y celebró posteriores aniversarios, tocó 99 campanadas (una cada 60 segundos) en tributo al consorte monárquico más longevo de la Corona británica.
El duque murió tras haber pasado un mes internado en el hospital, que abandonó en marzo. En su último ingreso, fue sometido a una intervención quirúrgica para tratar una “dolencia cardíaca preexistente”. Sin embargo, la causa de su deceso, aún no ha sido revelada.
Cartas, flores y lágrimas
Cientos de personas viajaron al castillo de Windsor tras enterarse del fallecimiento del duque de Edimburgo, mientras que otras se acercaron al Palacio de Buckingham para dejar flores y un mensaje de apoyo a la reina Isabel II, a pesar de que la familia pidió a los británicos que no vayan a las residencias reales, sino que hagan una donación a una organización benéfica.
Por su parte, el Gobierno británico pidió a la ciudadanía evitar las aglomeraciones con el fin de evitar la propagación del coronavirus.
El príncipe Felipe acompañó durante más de siete décadas a la reina Isabel II en una “vida de servicio” a su nación adoptiva, algo que los británicos valoran gratamente, como indican muchos de los dibujos y tarjetas depositadas en la verja principal de Buckingham.
Funeral sencillo
La muerte Felipe activó automáticamente, como para otros miembros de la familia real británica, un plan bautizado en su caso “Forth Bridge”, en honor a un puente cercano a la capital escocesa, perturbado sin embargo por la pandemia.
El palacio de Buckingham anunció ayer que la reina Isabel II aún está “considerando” cómo realizar el funeral de su marido y los posibles actos oficiales de conmemoración.
Sus restos mortales reposarán en Windsor, antes de un funeral en la capilla de San Jorge “según la costumbre y los deseos de su alteza real”. El mismo no tendrá carácter de Estado y su féretro no será expuesto al público, según el College of Arms, una organización estrechamente relacionada con la aplicación de los protocolos reales.
La prevista sencillez de la ceremonia coincide con la personalidad del duque de Edimburgo, que quería un funeral “sin gran alboroto”. Sin embargo, contrasta con los anteriores homenajes a miembros destacados de la familia real.
Por otra parte, se espera que haya ocho días de duelo y los asuntos de Estado estarán en pausa. También se espera una procesión militar en Londres. Todo ello, estará sujeto a las restricciones de la pandemia.