La isla española Alegranza, un paraíso natural de la basura global
¿Qué pintan en una isla deshabitada en el archipiélago español de las Canarias 14 etiquetas identificativas de trampas para langostas con licencias de Estados Unidos y Canadá? ¿Por qué sus calas, que no pisa un solo turista, están cubiertas por decenas de botellas de agua de marcas que sólo se consumen en países de Asia?
Situada más al norte que cualquiera de las demás islas de Canarias, dentro de la mayor reserva marina de Europa, el Parque Natural del Archipiélago Chinijo, Alegranza es un reducto clave para la supervivencia de varias aves protegidas como el águila pescadora, el paíño de pecho blanco, la pardela cenicienta o el halcón de Eleonora; una joya de sólo 10 kilómetros cuadrados que se ve castigada como pocas en el mundo por la plaga del plástico.
Un informe reciente de una veintena de investigadores de EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda e Indonesia difundido en 2020 por “Science” estimaba en unos 23 millones de toneladas la cantidad de plástico que cada año reciben los océanos y advertía de que probablemente esa cifra se va a duplicar con creces en esta década y rebasará los 53 millones de toneladas en 2030, incluso teniendo en cuenta los ambiciosos planes anunciados por algunos países para reducir su uso.
Se recogió en los 100 metros de longitud que tiene la cala del norte de Alegranza, 321 kilos de basura marina, sin contar restos de madera, de los que el 97,7 por ciento era plástico.