En los últimos 10 años, América Latina y el Caribe han pasado de tener una de las tasas de vacunación infantil más altas del mundo a estar a la cola. Unos 2,4 millones de niños de la región no han recibido las pautas completas de las inyecciones principales. Muchos de ellos no han recibido ninguna dosis. Así, uno de cada cuatro menores quedan expuestos a un sinfín de infecciones inmunoprevenibles como la hepatitis B, el sarampión o el tétanos. Aunque la pandemia ha sido la mayor zancadilla, no es la única. La pobreza, la falta de financiación y la creciente inestabilidad política y social del continente están detrás del descenso más brutal de hace tres décadas, según un informe de Unicef.