Cuenta la leyenda que un tinku (enfrentamiento, en quechua) entre los pueblos Charcas y Chayanta dio origen a un importante alimento del día a día. El amor entre Sara Chojllu, de los Charcas, y Huayru, de los Chayanta, era sólo una pequeña cura en medio del conflicto entre ambas comunidades. Una nueva disputa, como cada año, entre las distintas etnias rompió con la tranquilidad de la pareja. Sara acompañó a Huayru en el combate, donde piedras y flechas atravesaban el cielo.