El momento de inestabilidad del Barcelona se cerró con un ejercicio defensivo sobresaliente en el estadio Santiago Bernabéu, vencedor de su segundo clásico consecutivo (0-1), gracias a un error grave de Camavinga y la mala fortuna de Militao al marcar en su propia puerta, en un duelo de ida de semifinales de dominio improductivo del Real Madrid, sin remates a Ter Stegen.