Con una autoridad y una solvencia abrumadora, el Inter atropelló ayer al Milan (0-2) con una primera parte de dominio absoluto y una segunda mitad de gestión inteligente que le acercaron a su reencuentro con la gloria, representado una final de Liga de Campeones a la que no accede desde que levantara la “orejona” en 2010 y que tiene a 90 minutos.