Policías reprimieron e impidieron ayer el trabajo de la prensa durante las agresiones que propinaron a productores de coca que no responden a la facción afín al partido gobernante. Uno de los más afectados fue el periodista Carlos Quisbert de Página Siete, quien fue enmanillado, golpeado y detenido por cinco horas. Asimismo, dos corresponsales de un medio internacional fueron gasificados.