La dependencia tecnológica, la corruptibilidad del hombre a través de las redes sociales, las consecuencias de quienes han crecido con un biberón y una pantalla en sus manos. Los más conspiranoicos encontraban en “Black Mirror” un refugio donde ser comprendidos y una demostración para hacerle ver al mundo que la tecnología puede llegar a dominarlo en un futuro no muy lejano.