En agosto de 1988, la Federación Mundial de Educación Médica organizó en Edimburgo una conferencia mundial sobre educación. En dicha reunión, en la que participaron numerosos expertos académicos y referentes en educación médica, aprobaron un documento que, casi 35 años después, sigue siendo un referente: la “Declaración de Edimburgo”. En esa conferencia mundial se habló sobre la necesidad de redefinir los retos que debía plantearse la educación médica para situarse a la altura de los tiempos.