Hace 550 días una potencia con la que Bolivia intensificó sus relaciones en tiempos recientes desató la mayor crisis bélica de los últimos 40 años. Incluso no falta uno que otro analista que considera a la guerra entre Rusia y Ucrania como el detonante de una Tercera Guerra Mundial. El agravamiento del conflicto no deja de incentivar preocupaciones y alarmas. En los últimos meses, golpes de Estado prorrusos en Niger y Burkina Faso acentuaron las tensiones y las expandieron al continente africano.