Salvar un árbol de la muerte es un gran logro. Salvar 35 es cuidar de toda una ciudad completa. Los “curadores de árboles” recuperaron en tres años 35 ejemplares que estaban sentenciados a morir, ya sea por el anillo de la muerte, por púas de 20 centímetros u otras artimañas de “personas malas”, cuentan María Julia Gonzales y Freddy Zambrana, dos de los nueve integrantes de este grupo de voluntarios.