Cuando se ve desde el aire la hacienda Benevento destacan los manchones de tupido bosque junto a espacios organizados y el río San Jorge. Un marcado contraste con lo que pasa a unos cientos de metros, quizás un kilómetro, de su límite este. Allí la fiebre inmobiliaria volvió a arrasar con toda la vida que encontraba a su paso, incluidas. Lo mismo que sucedió a aproximadamente 50 kilómetros al norte, donde abundan los monocultivos de soya transgénica y caña, los agrotóxicos, los incendios… el ecocidio sostenido.