“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Daniel Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco al portal argentino Infobae desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.