La boliviana es una sociedad plástica de ésas que todavía se ven por ahí. Plástica en el sentido más literal o, mejor dicho, es una sociedad adicta al plástico. O sea, adicta a materiales sintéticos que no se encuentran de forma natural y constituyen una grave amenaza para la salud y la naturaleza. Todo un contrasentido para el país donde, en 2010, una histórica conferencia mundial redactó los principios de defensa de la Madre Tierra.