El liderazgo de Vinícius, autor de dos tantos y asistente, sumado a la exhibición física con pegada de Fede Valverde con su doblete, coronaron al Real Madrid como campeón del Mundial de Clubes, el gran dominador del planeta fútbol tras un torneo en el que exhibió tanta pegada como debilidad defensiva, superior a un Al Hilal que nunca se rindió en la lucha.