El ultraderechista Partido Republicano, partidario de mantener la actual Constitución chilena, obtuvo, tras su arrasadora victoria en las elecciones constituyentes del domingo, 22 consejeros, los necesarios para tener poder de veto en el órgano constitucional, que, sumados a los escaños logrados por el tradicional Chile Seguro, no necesitará pactar con la izquierda para aprobar la nueva Carta Magna del país trasandino.