La importación ilegal de prendería usada en Bolivia creció en 60% en los últimos siete años con un efecto devastador para el sector textilero nacional, cuyo aporte al Producto Interno Bruto (PIB) del país se redujo del 1% en 2015 al 0,4% en la gestión 2021, según datos de la Federación de Entidades Empresariales de Cochabamba (FEPC).