Dos goles en dos minutos para Serbia y otros tantos en tres minutos para Camerún desataron la locura en un partido marcado por la ausencia del meta André Onana, que abandonó la concentración del país africano tras una disputa con su seleccionador, y que finalmente acabó con un empate a tres que deja a ambas selecciones, pertenecientes al Grupo G del Mundial, con sólo un punto tras dos encuentros y aún con vida para la última jornada.