
DEBAJO DEL ALQUITRÁN
Desde sus inicios la democracia, como forma de gobierno de las sociedades modernas y contemporáneas, ha resistido un sin número de problemas, que a su vez impulsaron su evolución, en ese difícil camino de consolidarse como el mejor sistema de gobierno para garantizar, no sólo el derecho al voto, sino la mejor, la más amplia y efectiva participación en el proceso de decisiones colectivas.
En el tiempo, la performance y los resultados de gran parte de los Gobiernos llamados populistas han sido y son en sumo grado funestos. Luego de un tiempo, más o menos relativo, todos ellos ingresan, inevitablemente, a una fase de declive y decadencia, producto de un intenso deterioro, más por componentes de carácter endógeno que por factores externos.
Si no renuncian a los bienes materiales, en vez de guardianes-filósofos, es decir eximios gobernantes, se convierten más bien en administradores de su patrimonio, alejándose de la buena administración de los bienes y recursos de la ciudad, convirtiéndose en déspotas y enemigos de los demás
Políticamente, ha sido loable la declaración conjunta de la “oposición”, que el pasado 12 de abril, emitió un comunicado con el título “Declaración Conjunta en Defensa de la Democracia y la Justicia”. Suscribieron ese documento los líderes políticos denominados “tradicionales”, Samuel Doria Medina, Jorge Quiroga, Víctor Hugo Cárdenas y Rubén Costas. A estos se sumó Carlos Mesa, el visible candidato potencial opositor que se perfila de cara a las elecciones generales del 2019.
La frase del título es, sin duda, contundente. Así reafirmó, con una sencillez aforística, Manuel Castells, el quinto académico de las Ciencias Sociales más citado del mundo y el académico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) más citado del planeta.
Cuando se pierde legitimidad y credibilidad, la única forma de conseguir obediencia es con la fuerza; el resultado, claro, es una dominación “no consentida”.
De ahí las amenazas de violencia del Vicepresidente de defender el “proceso de cambio” en las calles.
Los resultados de estas acciones políticas y estrategias comunicacionales desplegadas son ciertamente desastrosos. En un pintoresco cuadro, colocaron en ridículo al caudillo
En este nuevo escenario de la repostulación, luego del notable triunfo de la conciencia ciudadana del 21F y la erosión hegemónica del bloque azul; la oposición tradicional nuevamente se alinea a la agenda política del oficialismo, al inocentemente rechazar una nueva consulta y organizar marchas que de nada servirán