NOTAS DE CAMPO
A San Malverde le rezan en Tijuana, en Colombia, en Arizona, en Bolivia y concretamente ahora, en el municipio de Entre Ríos.
Jesús Malverde es el “santo de los narcos” y forma parte de la narcocultura y la veneración a los integrantes del crimen. Si bien es un personaje mexicano, su popularidad ha viajado por Latinoamérica y se ha instalado principalmente en el imaginario de personas relacionadas con la narcocultura.
Este año, el tañido de las campanas de Belén será de duelo. En Palestina, Belén la cuna de Jesús, ha cancelado la Navidad. No se instalará el gran árbol navideño que solía armar, ni se encenderán las luces de colores. No habrá fiesta, ni música. Esta Navidad será lúgubre para los palestinos que viven en Tierra Santa. Es de suponerse que desde que se iniciaron los ataques de Israel contra Palestina, el ambiente que impera es de tristeza y dolor. Los feligreses no celebrarán el nacimiento del Mesías.
Desde hace un par de semanas, las waka wakas, algunas ranas y sapos, los grillos se han posesionado de mi jardín. Inmediatamente al ver y sentir su aparición en el mes de noviembre dije: “parece que va a llover”, pero pasaron días sin que ni una gota cayese por mi zona. A la aparición de los coleópteros y batracios se sumó gran cantidad de hormigas obreras y dije: “ahora sí que va a llover”, y nada. Sólo había que tener paciencia ante las ilusiones que me daban estos seres.
“En el principio de los tiempos, cuando nadie conocía el fuego…”, los mitos que narran el origen del fuego se inician de esa manera. Y todos cuentan que el momento que, de una u otra manera, el fuego apareció, este no quiso ser compartido y fue “patentado”, a veces por avaricia y egoísmo, y otras por la desconfianza del uso que el ser humano le daría. Sin embargo, se relata también, que no faltó quien se diera la tarea de robarlo.
“Se oyó una voz en Ramá, llantos y grandes lamentos. Era Raquel, que lloraba por sus hijos y no quería ser consolada porque ya estaban muertos” (Jeremías 31:15). Herodes lleno de ira al darse cuenta que había sido engañado, mandó a matar a todos los niños de dos años para abajo que vivían en Belén y sus alrededores.
“Mi delito es ser indio”, es una de las frases que reiteradamente emitió el expresidente Evo Morales. Y así lleva por título el libro que presentamos en Cochabamba, La Paz y Santa Cruz, María Teresa Zegada y mi persona. Con base en una investigación, analizamos el vínculo entre el discurso político y el racismo, con especial énfasis en los últimos años.