
PREVIERNES
El pasado sábado presenciamos un espectáculo protagonizado por María Galindo en la plaza San Francisco. La feminista más visible del ámbito nacional se vistió de manera llamativa y subió a un escenario donde bailó una cumbia compuesta por el grupo Los Brothers. Cientos de personas se congregaron para participar y manifestar su apoyo a la famosa activista. Para muchos es una representación de la decadencia vulgar de la política. Otros ven en los actos de Galindo una provocación al sistema político y a la sociedad patriarcal y sus actores.
Los ciudadanos tenemos derecho a tener un buen burgomaestre en todos los municipios. Estamos viendo la desesperación de los candidatos por la carrera electoral. Suponemos que es una obsesión por el servicio a la comunidad y no por enriquecimiento feroz. Esperamos tener opciones serias y consistentes para contar con un alcalde serio y comprometido con un crecimiento bien planificado. No merecemos tipejos sin vergüenza que asaltan nuestros recursos y no resuelven problemas.
Ha terminando una de las décadas más marcadas por la incapacidad de comunicación y entendimiento. El año 2020 es el “broche de oro” de una creciente irracionalidad que ha sobrepasado los límites de la estupidez. Han pasado cosas inauditas en todos los campos del quehacer nacional. Especialmente en el mundo político. Las versiones de la historia demostrarán lo difícil que es construir la convivencia pacífica entre diferentes. Es el mito más desafiante de los últimos tiempos: la democracia.
Agarre unas tijeras y corte la historia de Bolivia el día 20 de octubre de 2019. Haga otro corte en la misma fecha en 2020. Junte las dos partes de la cinta e interprete. Los bolivianos estaban viajando en un micro azul por un camino tortuoso pero funcional. Por muchas razones se cansaron del torpe chofer y lo botaron. Lo sustituyeron por un conductor diferente, pero con el mismo uniforme. Los otros no inspiraron suficiente confianza. El problema era el chofer.
“Solo la razón nos conducirá al conocimiento verdadero”. Lo dijeron los filósofos de la ilustración para justificar la construcción de la modernidad. El deseo de libertad y revolución embanderaron las luchas por la democracia y el Estado de derecho. Se imaginó una sociedad mejor con economía de mercado y el ejercicio de ciudadanía.