
BUSCANDO LA VERDAD
Diego Armando Maradona murió el 25 de octubre recién pasado. Cuando nadie lo esperaba partió de este mundo con apenas 60 años. La noticia hizo estallar las redes sociales mostrando la desazón de sus seguidores. El fanatismo por el futbolista argentino hizo que por su muerte se produjeran inesperadas reacciones, muchas al borde del delirio.
La pandemia del Covid-19 alarma a los organismos internacionales, pone en ascuas a los gobiernos y preocupa a la población, pues su efecto sobre la salud y la economía es patente. Para frenar el avance de dicha enfermedad antagonizan las opciones de la cuarentena total versus el aislamiento focalizado sin detener la economía, en un escenario con más de 1.000.000 de contagiados y varias decenas de miles de muertos, lo que irá en aumento al no haber aún una vacuna para contener el contagio ni un medicamento para sanar el mal.
Conservar la salud y la vida, o perder empleos y sufrir escasez mañana, es la gran discusión en el mundo, como resultado de que el coronavirus trae dolor a cientos de miles de personas afectando su salud; mata a decenas de miles y paraliza la economía empujándola hacia una de las peores recesiones, con inimaginables consecuencias para millones de empresas y trabajadores.
¡Cuánto se tergiversan las cosas y cómo se tuercen convenientemente los valores en la política! Por algo me decía mi mamá: “No te metas en política hijito, no te metas, viví de tu trabajo”.
Por mucho tiempo no lo entendí, pero con el transcurrir de los años me di cuenta de su sabio consejo. La política en sí no es mala –y es necesaria–, los malos son los políticos y gobernantes aprovechados. Ahora, de que hay honrosas excepciones, sí, pero la excepción confirma la regla.
Es impresionante la fragilidad del ser humano. No solo los grandes fenómenos como terremotos, tsunamis, etc. afectan su vida, sino también minúsculos virus, como el que tiene al mundo en vilo hoy: un corpúsculo de una millonésima parte de un milímetro, que puede matar mientras no haya una vacuna para detenerlo:el llamado coronavirus.
Por 11 años consecutivos –de 2004 a 2014– Bolivia experimentó sucesivos superávits comerciales; el país tuvo un ingreso bruto de 110.000 millones de dólares por exportaciones con un aporte neto de 14.000 millones de dólares a las reservas internacionales netas (RIN) del Banco Central, subiéndolas hasta un tope de 15.563 millones (10.11.2014). Pero, las cosas han cambiado y da para preocuparse.
Es cierto que el papel aguanta todo pero también es cierto que un sueño puede hacerse realidad, siempre que se imprima la acción correspondiente en la dirección correcta. Digo esto porque en su reciente discurso con motivo de los 194 Años de independencia de Bolivia (Trinidad, Beni, 6.08.2019), el presidente Morales dijo que el PIB nominal del país podría superar los 60.000 millones de dólares en 2025. ¿Será posible?
Hablemos las cosas claras. Utilizar eufemismos no soluciona nada, maquillar un negocio reñido con la ley, no resuelve el problema. Hablar de la venta de prendería usada es referirse a un negocio que tiene que ver con el contrabando, que no debería existir en Bolivia ya que su importación legal al país está prohibida, como también su comercialización en el mercado interno.
“Mamá no lo logramos, me voy a la horca; cuide a mi hijo”, fue el dramático mensaje de Víctor a su mamá –desde Malasia– reportado por Urgentebo.com (25.2.2018) dando a conocer el calvario de Silvia Vargas, madre de Víctor Parada Vargas, joven boliviano sentenciado a morir ahorcado por llevar droga en su estómago y ser descubierto, en 2013, en ese país.