¡Cambia tu vida!
A lo largo de nuestras horas del día, al menos en un 80% de estas, nos informamos de una y mil noticias que se relacionan con temas que sólo nos causan desazón. Quien no está pendiente de que no hay dólares, de qué bancos importantes han quebrado, que nos esperan días sombríos, de que se han incrementado los feminicidios, que cada vez más nuestro hogar es el lugar menos seguro, que muchos más jóvenes que antes están muy metidos en temas de adicciones, que han incrementado las enfermedades mentales, que la gente muere más joven, que se avecinan grandes catástrofes, todas son noticias muy malas.
Pero por si esto fuera poco, también vemos codicia, pobreza, abusos, celos, racismo y aparentemente toda posible manifestación de la inhumanidad del hombre hacia los demás. Es una imagen horrible. Este mundo está roto y parece que, en medio de todo esto, no podemos encontrar el camino.
Ahí, justamente ahí, después de este panorama tan desolador es que comienzan nuestros miedos, a veces ese miedo nos genera angustia, otras veces nos pide que busquemos a alguien que nos pueda escuchar, e incluso que lo mantenga oculto y a veces nos paraliza. El miedo viene de la realidad en la que vivimos, o mejor dicho de la realidad que nuestros ojos ven y nuestra mente nos cuenta.
Y en medio de todo esto: qué hago, cómo cambio mi mirada y dejo de ver todo este panorama tan sombrío y me centro en las cosas buenas que puedo conseguir. Tú bien sabes que la persona con la que más hablas eres tú mismo, cuando abres tus ojos en la mañana, eres tú mismo con quien comienzas tus primeros diálogos. Este diálogo interno es la base de nuestra salud, de nuestras emociones, de nuestro éxito, de nuestro fracaso.
Las personas en la vida que caminan diariamente o con un entrenador interno son las personas positivas que se levantan y dicen: “Un día más de vida, voy a dar lo mejor de mí, sé de lo que soy capaz, gracias por la comida, por una cama y un lugar donde vivir, etc.”.
Pero también hay de las otras que caminan con un crítico interno y, sobre todo, un negativo ahí dentro, las personas que despiertan renegando porque hay que despertar, por la flojera de ir al cole o al trabajo, son fatalistas, piensan en que algo malo les sucederá, en que ese es el día marcado para el desastre, son los absolutistas, todo o nada, nunca o siempre, son también adivinos y fatalistas.
Los que son adultos sabrán que, cuando tenemos a un niño malcriado y berrinchudo, lo que debemos hacer es ponerle límites, pero muchas veces caminamos años de años con ese niño malcriado en el cerebro y no le ponemos límites y dejamos que nos arruine el día, que nos arruine las relaciones, que nos arruine la vida y que nos arruine la salud.
Las personas negativas son las que se escuchan todo el tiempo a ese niño malcriado del cerebro, que les habla solo de la fatalidad del mundo, de lo mal que les irá, de lo enfermos que se sienten, etc.
Por el contrario, las personas positivas le hablan de regreso a ese niño malcriado y le dicen: “Cállate no es cierto, esto te va a salir bien”, “lo que no te mata te hace más fuerte”, “vamos que hoy es un nuevo día para comenzar”, “a pesar de las adversidades tienes vida y eso vale”.
Evidentemente, los pensamientos negativos, ya vienen en automático, pero quizás podamos encontrar una solución, cuando le hablemos de regreso a ese niño malcriado. También es importante que conozcamos sobre el estilo explicativo, que es simplemente como te hablas a ti mismo sobre lo que te sucede a diario, si tu estilo es negativo, obviamente terminarás estresado y con muchos problemas en el día, si por el contrario tu diálogo es positivo, siempre sacarás enseñanza a todo lo que te sucede y lo que es mejor, sacarás provecho a los acontecimientos, para ti serán siempre “retos”.
El primer paso para mejorar tu calidad de vida y para evitar tantos malestares, no sólo del alma, sino del cuerpo, es escribir lo que piensas, luego cuestiónalo y el tercero: cámbialo por un pensamiento positivo. Al principio, como a mí, te costará y no lo harás, pero con el pasar del tiempo se convertirá en un hábito que te ahorrará muchos malestares. Entiende que el 90% de los pensamientos fatalistas que te cuenta tu cerebro NUNCA ocurren.
El estrés mata y tener tantos pensamientos negativos generan una serie de químicos que nos destruyen la vida. TU MUNDO EXTERIOR ES UN REFLEJO DE TU MUNDO INTERIOR… puedes cambiarlo.