Prisiones “High Standing” rehabilitación sobre castigo
En un mundo donde la privación de la libertad a menudo se asocia con la opresión y el castigo, hay un grupo selecto de cárceles en Europa que desafían este estigma. Las denominadas “High Standing” o de alto estándar han emergido como una alternativa progresista y visionaria al enfoque tradicional de encarcelamiento, priorizando la rehabilitación sobre el castigo. Noruega, en particular, ha liderado este movimiento con reformas significativas en su sistema penitenciario desde la década de 1990.
Exploraremos de cerca estas prisiones y cómo han transformado la percepción de la cárcel.
Noruega: pioneros en la rehabilitación
Noruega, conocida por sus majestuosos paisajes y elevados estándares de vida, ha alcanzado reconocimiento mundial no solo por sus maravillas naturales, sino también por su enfoque revolucionario en el sistema penitenciario. Hasta la década de 1990, enfrentaba un preocupante problema de reincidencia criminal, compartiendo un elevado índice del 70% con los Estados Unidos. Sin embargo, la nación nórdica emprendió reformas que transformaron radicalmente su sistema, logrando reducir la tasa de reincidencia al 20%, según estadísticas del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Noruega. Este cambio drástico no solo marca una notable mejora en las cifras, sino que también representa un cambio paradigmático en la filosofía penitenciaria que sirvió de ejemplo para otras naciones.
A diferencia de los enfoques tradicionales, Noruega ha apostado por un modelo que prioriza la rehabilitación sobre el castigo. La clave de su éxito radica en la implementación de programas educativos, capacitación laboral y actividades recreativas dentro de sus prisiones, con el objetivo de preparar a los reclusos para su reintegración efectiva en la sociedad. Este contraste con sistemas más punitivos, como el de Estados Unidos, resalta la efectividad de abordar las raíces del comportamiento delictivo y proporcionar a los prisioneros las herramientas necesarias para su reinserción exitosa. La experiencia noruega desafía las percepciones convencionales, demostrando que un enfoque centrado en la rehabilitación puede no solo reducir la reincidencia, sino también crear una sociedad más segura y resiliente.
Prisión Halden: un oasis de rehabilitación
Enclavada en Noruega se encuentra la prisión de Halden, inaugurada en 2010, que ha capturado la atención internacional por sus condiciones humanas y su enfoque innovador en la rehabilitación. Atrás quedaron las celdas claustrofóbicas y las instalaciones sombrías; en Halden, los reclusos disfrutan de celdas espaciosas de 10 metros cuadrados equipadas con comodidades inusuales, como televisores de pantalla plana, mini refrigeradores y escritorios. Comparten áreas comunes bien equipadas, incluyendo cocinas con utensilios de acero inoxidable y salas de estar con sofás modulares y sistemas de videojuegos.
Pero más allá de las comodidades, Halden se destaca por su enfoque en la rehabilitación activa. Los prisioneros pueden participar en actividades al aire libre, desde prácticas en senderos para trotar hasta clases de carpintería y música en el estudio de grabación de la prisión para los privados de libertad que desean incursionar en la música. Are Høidal, el gobernador de la prisión desde 2009 hasta 2022, destaca que la participación en actividades reduce la agresividad de los prisioneros y mejora su experiencia penitenciaria.
Prisión Bastøy: transformación de una isla brutal
La isla de Bastøy en Noruega, famosa por su pasado como un reformatorio brutal para menores infractores, es ahora el hogar de la prisión progresista de Bastøy, considerada la primera prisión ecológica del mundo, pues un reporte de la agencia Business Insider España destaca que los reclusos pasan sus horas dedicadas a la agricultura, recolectando leña en el bosque y pueden pescar o pasear a caballo. Aquí, los reclusos solicitan cumplir sus condenas, y las solicitudes son rechazadas si representan una amenaza. Con solo un intento de fuga en 38 años, Bastøy ha demostrado que su enfoque centrado en la rehabilitación funciona.
Los prisioneros viven en cabañas, comparten comidas preparadas por chefs y disfrutan de instalaciones como saunas, canchas de tenis y paseos a caballo. La prisión ha recibido elogios por promover valores humanos y la tolerancia, aunque algunos críticos argumentan que la transición a la vida en Bastøy puede ser desafiante para aquellos acostumbrados a las cárceles tradicionales. Pero esta prisión es solo un “premio” para aquellos criminales que atraviesan una serie de pruebas que validen su voluntad de reintegrarse de forma funcional a la sociedad escandinava.
Justice Leoben Center, Austria: un hotel de lujo entre las rejas
En las montañas de Austria se encuentra el Centro de Justicia Leoben, considerado una de las mejores prisiones del mundo. Posee dos alas, la primera es un complejo judicial donde se realizan audiencias y la segunda alberga las celdas individuales que ofrecen baño privado, cocina americana y televisión, esta prisión se asemeja más a un hotel de lujo que a una institución correccional. Diseñado por el arquitecto Joseph Hohensinn, este centro proporciona a los presos una experiencia única y exquisita.
El informe de CNN News18 develó que este centro penitenciario cuenta con un campo de baloncesto, un gimnasio al aire libre y espacio adicional para caminar y socializar están incluidos en la zona recreativa. Además de esto, también hay una ventana de tamaño completo en la habitación, para que los prisioneros puedan tener una vista del mundo exterior.
La prisión de Leoben, operando desde hace 18 años, se ha ganado su estatus por brindar a los prisioneros todas las comodidades que uno esperaría en casa. Con actividades deportivas, spa y gimnasio, esta cárcel redefine la percepción convencional de la vida tras las rejas.
Cárcel de Aranjuez, Madrid: donde la familia es prioridad
Erigida a finales de los años 90 como una macrocárcel con todas las modernas comodidades, la prisión de Aranjuez se destaca en el panorama penitenciario español. A diferencia de la mayoría, esta institución alberga un operativo y plenamente funcional módulo de familias, donde parejas con niños menores de tres años, madres solteras o mujeres casadas con hijos, todos cumpliendo penas privativas de libertad, encuentran residencia. La prisión, con capacidad para alrededor de 1.800 internos, presenta módulos separados para hombres y mujeres, así como diversas instalaciones que incluyen áreas socioculturales, polideportivas, enfermería, talleres y espacios de comunicación e ingresos, según el medio español Diario AS. No obstante, su distintivo más destacado radica en su política familiar progresista, permitiendo a los reclusos vivir con sus hijos pequeños hasta los tres años, una iniciativa que refleja un enfoque humanitario y comprometido con la preservación de los lazos familiares en el sistema penitenciario.
Estas prisiones de “high standing” en Europa desafían la convención y provocan un debate sobre la efectividad de la rehabilitación sobre el castigo. Noruega ha liderado este cambio, demostrando que la inversión en la rehabilitación puede tener un impacto positivo en las tasas de reincidencia.
Estados Unidos, la otra cara de la moneda
Aproximadamente el 95 por ciento de los reclusos que cumplen condena en las cárceles de California eventualmente serán liberados. Sin embargo, según las estadísticas, es probable que dos tercios de ellos reincidan y regresen a prisión en un plazo de tres años. Según un informe de Prison Insider, a finales de 2018, Estados Unidos registró su pico más alto de reclusos, albergando a más de 2 millones de prisioneros en 4,445 establecimientos carcelarios. Este sistema les cuesta a los contribuyentes estadounidenses más de 80 mil millones de dólares por año.
Sin embargo, un nuevo impulso dentro del sistema penitenciario tiene como objetivo cambiar esta tendencia. Ed Borla, ex subdirector de la prisión estatal de Salinas Valley, lidera el camino en lo que respecta a la reforma penitenciaria en 2022. “He visto a prisioneros regresar múltiples veces; esto es una puerta giratoria, así que tenemos que poner fin a eso. En los años 80 encerrábamos a todos y tiramos la llave, y luego, con el tiempo, aprendimos que eso no estaba funcionando “, expresó Borla a la CBS. Durante décadas, el sistema penitenciario estadounidense se ha centrado en el castigo y la disuasión.
En su empeño por abordar la reincidencia, la prisión de Salinas Valley, California, adoptó un enfoque innovador basado en el exitoso modelo noruego. Con el objetivo de humanizar el sistema penitenciario, implementando un cambio fundamental, como dirigirse a los reclusos por sus nombres en lugar de números. Durante esa primera etapa del programa, se observaron resultados positivos, como una disminución en los intentos de suicidio.
Este experimento destaca la importancia de centrarse en la rehabilitación, marcando un paso significativo hacia un sistema penitenciario más eficiente y humano, con la esperanza de brindar a los reclusos una mejor oportunidad de reintegrarse exitosamente en la sociedad. Mientras el mundo observa, estas instituciones continúan redefiniendo la percepción de la prisión, ofreciendo un vislumbre de un futuro donde la rehabilitación y la reintegración son la piedra angular de la justicia penal.