¿Cómo cuidar tu piel en invierno?
Con la llegada del frío, cuidar la piel debe ser algo esencial. La clave para mantenerla radiante y saludable durante esta temporada se da con el uso de productos y tratamientos adecuados para cada necesidad.
Cuidar la piel en invierno es muy importante para prevenir la sequedad y mantenerla saludable. El efecto del frío afecta al sistema respiratorio y a los huesos, pero también a la piel, que se encuentra expuesta a los cambios. Las zonas más sensibles al frío son los labios, las mejillas, el cuello, el escote y las manos, por lo que es necesario adoptar medidas para proteger la piel.
Para evitar los daños que puede provocar el frío en la piel, conviene tener en cuenta los 5 pasos que no se deben olvidar para cuidar tu piel en invierno, y que son los siguientes:
1Hidratación profunda
El primero de los pasos a seguir para cuidar la piel en invierno es hidratar profundamente el cutis, ya que el aire frío y seco puede despojar a la piel de su humedad natural, lo que podría provocar sequedad y descamación. Para evitarlo se recomienda hacer uso de una crema hidratante rica en ingredientes como ácido hialurónico, glicerina, manteca de karité y ceramidas, y aplicarla después de lavar bien el rostro y en el cuerpo tras el baño. También es importante hidratar los labios y las manos.
2 Protección solar constante
Es importante mantener una protección solar constante, independientemente de que haya sol o sea un día nublado, ya que en cualquiera de los casos los rayos UV están presentes y pueden llegar a provocar daños sobre la piel. Para lograrlo es recomendable una crema solar con un factor de protección de al menos 30 en todas las áreas que se encuentran expuestas a la radiación, incluido el rostro, y reaplica durante el día tantas veces como resulte necesario.
3 Limpieza suave y con menos frecuencia
Otro de los pasos es realizar una limpieza suave y menos frecuente de la piel. Es importante puesto que los limpiadores agresivos pueden eliminar los aceites naturales que protegen la piel, haciendo que se intensifique la sequedad. Por ello, se deben utilizar limpiadores suaves y sin sulfatos, y limpiar el rostro tanto por la mañana como por la noche, pero sin un uso excesivo de productos de limpieza.
4 Uso de humectantes y emolientes en el baño
Los baños calientes pueden llegar a resecar la piel, por lo que se recomienda añadir humectantes y emolientes al agua, ya que de esta manera es posible contribuir a retener la humedad. Hacerlo es muy sencillo, puesto que simplemente se necesita añadir aceites naturales como el aceite de almendras, el aceite de jojoba o avena coloidal en la propia agua de baño, de forma que se mantenga hidratada mientras disfrutas de un placentero baño.
5 Protección adicional para manos y labios
Por último, pero no por ello menos importante, hay que ser consciente de la necesidad de proteger tanto las manos como los labios durante el invierno, ya que son dos zonas especialmente vulnerables a la sequedad y al agrietamiento. Para no sufrir problemas en la piel de estas zonas del cuerpo, es posible usar una crema de manos rica en nutrientes y protectora después de lavarlas, además de utilizar bálsamos labiales que cuenten con ingredientes como manteca de karité, cera de abejas y aceites naturales para poder evitar los labios agrietados.
Además de todo lo anterior, es clave beber suficiente agua y mantenerse bien hidratado, mantener una
dieta equilibrada y adaptar una rutina de cuidado a las necesidades cambiantes de la piel durante el invierno, y en caso de duda, consultar a un profesional.