Preeclampsia Enemigo Silencioso en el Embarazo
El embarazo es una etapa maravillosa en la vida de una mujer, llena de ilusión y expectativas. Sin embargo, también es un período en el que la salud requiere especial atención para asegurar un desarrollo óptimo tanto para la madre como para el bebé.
Entre las complicaciones que pueden surgir, la preeclampsia destaca como un enemigo silencioso que merece atención en medio de la creciente preocupación por los recientes casos reportados en la ciudad de Cochabamba.
¿QUÉ ES LA PREECLAMPSIA?
El director del Hospital Materno Infantil Germán Urquidi, Antonio Pardo, explica que la preeclampsia se define como una elevación de la presión arterial que se manifiesta durante el embarazo. “La preeclampsia es la presión alta durante el embarazo”. Asimismo, señala que, a diferencia de las condiciones hipertensivas preexistentes, esta puede surgir inesperadamente en mujeres previamente sanas.
Por otro lado, Mirna Serrate con especialidad en ginecología y obstetricia, indica que “es una complicación grave del embarazo que puede llevar a la muerte a la madre y el feto. Se caracteriza por aumento de la presión arterial y daño de órganos, generalmente se presenta después de la semana 20 de gestación”.
Esto podría afectar a la madre y al feto a corto y largo plazo, teniendo complicaciones severas que llevan a la muerte, “si la presión está arriba de 140/90 mmHg, uno debe sospechar de preeclampsia”, añade Serrate.
PELIGROS: PREECLAMPSIA SEVERA
La preeclampsia severa representa una amenaza significativa para la madre y el bebé, pudiendo desencadenar complicaciones graves. Pardo advierte que “Si es preeclampsia severa, o sea presión alta bastante severa, la paciente puede convulsionar, puede tener hemorragia cerebral, estallido de la placenta, muerte del bebe, inclusive perder hasta su útero”.
Asimismo Serrate añade: “A largo plazo la madre tiene mayor riesgo de hipertensión arterial crónica, y también los bebés tienen mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares en la niñez o en la etapa adulta”.
Además, Pardo señala la gravedad de la preeclampsia como causa de morbilidad. “Es la segunda causa de morbilidad y mortalidad mayor embarazadas después de la hemorragia hay muchas pacientes que vienen con preeclampsia cada semana”, informa.
DETECCIÓN TEMPRANA
“En esto juega un rol importante el médico materno fetal, ya que es el que debe realizar el tamizaje de preeclampsia en la ecografía del primer trimestre.
Por eso el médico obstetra que realiza los controles prenatales debe enviar al médico materno fetal para la realización de ecografías, y no a un ecografista o imagenologo”, indica Serrate.
Estas evaluaciones tempranas permiten identificar riesgos potenciales y adoptar medidas preventivas.
En casos donde la ecografía inicial es favorable, Pardo recomienda la administración de aspirina en dosis bajas (100 mg) a lo largo de todo el embarazo.
“Si está normal la ecografía del primer trimestre, entonces ya se da aspirina al paciente de 100 mg es aspirina de niños. Todo el embarazo, no afecta al bebé, todo el embarazo de tal manera que la presión no suba demasiado”. Este enfoque ha demostrado ser efectivo para prevenir un aumento excesivo de la presión arterial.
no IGNORAR síntomas
Pardo insta a las mujeres embarazadas, especialmente aquellas que no han tenido un diagnóstico temprano, a estar atentas a ciertos síntomas durante el segundo y tercer trimestre: hinchazón excesiva de los pies, dolores de cabeza persistentes que no responden a analgésicos y náuseas.
“La paciente, ya cuando tiene siete u ocho meses, lo primero que se va a hacer es que se le hinchen demasiado los pies. O sea, estás reteniendo harto líquido. Dolor de cabeza muy frecuente que no pasa con analgésicos, le duele de pronto porque la presión está subiendo en su cerebro y también como si quisiera vomitar”, menciona.
Estos síntomas no deben ser ignorados. Serrate complementa que “la disminución de la cantidad de orinar o dificultad para respirar en casos graves. Si una mujer presenta uno de estos signos de alarma debe acudir al médico”.
¿POR QUÉ ESTÁ AUMENTANDO LA PREECLAMPSIA?
La obesidad, la edad materna avanzada, antecedentes de hipertensión arterial, diabetes, enfermedad renal o tiroidea también aumentan el riesgo.
Además, la falta de control prenatal y el papel de los especialistas juega un papel importante, indica Serrate. “Muchas mujeres embarazadas no acuden de forma oportuna y temprana a sus controles prenatales o en otros casos realizan sus controles y el personal que atiende no tiene el conocimiento adecuado para la predicción y prevención de preeclampsia, o un manejo adecuado en el caso que presente datos sugerentes de preeclampsia”, dice.
Otros factores de riesgo incluyen la edad materna tanto adolescentes como mujeres mayores de 35 años, estructura genética, estado nutricional y hábitos de la madre. Pardo explica que “uno de los factores fundamentales en el aumento de la presión están los factores de riesgo. El embarazo adolescente ha aumentado y tienen un alto porcentaje de preeclampsia. También las pacientes embarazadas más allá de los 40 años de edad hacen que haya más preeclampsia”.
¿CUáL ES EL Tratamiento?
Una vez diagnosticada la preeclampsia, Pardo explica que el tratamiento principal es la interrupción del embarazo, independientemente de la edad gestacional del bebé. Esta medida se justifica debido a que la placenta es la principal fuente de la intoxicación.
“La preeclampsia es un episodio grave, no se puede seguir adelante cuando ya se ha diagnosticado. El único tratamiento es interrumpir el embarazo, aunque el bebé sea muy pequeño, igual. Hay que interrumpir el embarazo, porque hay que quitar la placenta, la placenta es la que está intoxicando a la madre”, subraya.
En contraposición, Serrate indica que, si bien el parto es el único tratamiento definitivo, “desde el momento que se realiza el diagnóstico se debe monitorear a la paciente y al bebé de forma estricta y dar medicamentos que eviten resultados adversos, como la administración de antihipertensivos, sulfato de magnesio para neuroprotección y corticoides para maduración pulmonar”, individualizando cada caso según su gravedad y edad gestacional.
Por lo tanto, es importante disminuir los factores de riesgo, y para ello, Pardo aconseja: “Primero, hay que bajar la cantidad de la adolescencia que se embaraza. O los extremos de la vida muy viejos por así decir para embarazo de 40 años y más. Segundo, hay que ver la dieta, el ejercicio, comer más verdura, frutas y frutos secos. De tal manera que no haya sobrepeso antes del embarazo”.
Asimismo, y en línea con la prevención, es importante el monitoreo continuo, especialmente en pacientes con antecedentes de preeclampsia, añade. En ese sentido, Serrate indica que se deben “realizar controles prenatales adecuados, desde el inicio del embarazo, aconsejo acudir a médicos que realmente tengan conocimiento sobre la predicción y prevención de preeclampsia”.
La preeclampsia es una condición seria que demanda atención y medidas preventivas. La detección temprana, el control de los factores de riesgo y el seguimiento médico adecuado son esenciales para salvaguardar la salud de la madre y el bebé.