Serrasalmus castellonae: la nueva piraña descubierta en Bolivia que honra el legado de una científica nacional
En 2024, un grupo de investigadores publicó en la revista Journal of Ichthyology el descubrimiento y descripción de una nueva especie de piraña en Bolivia: Serrasalmus castellonae. El hallazgo se realizó a partir de ejemplares recolectados en diferentes afluentes del sistema amazónico boliviano.
El estudio, disponible en su versión digital para la población, fue liderado por Fernando M. Carvajal-Vallejos, Matías Careaga y Flavio Gallo Cardozo, quienes examinaron cuidadosamente especímenes recolectados entre 1999 y 2022.
El análisis detallado incluyó morfometría (medidas anatómicas), osteología (estructura ósea), patrones de coloración y comparación con otras especies previamente conocidas del género Serrasalmus. Los resultados demostraron que estos peces representan una especie distinta, con características únicas que justifican su clasificación independiente.
Una de las principales distinciones de Serrasalmus castellonae su cuerpo profundo y comprimido. Además, se caracteriza por una proporción específica entre la cabeza, el cuerpo y las aletas, así como una disposición dentaria particular y un hocico recto y puntiagudo.
El investigador Fernando Carvajal, mencionó, en entrevista con TVU, que esta especie “estaba siendo confundida con otra morfológicamente bastante similar”. Asimismo, destacó que este descubrimiento comenzó hace una década, tras analizar un segmento del DNA mitocondrial de especies de consumo en la Amazonía. “Es ahí que comenzamos a detectar una variación pequeña que, no es la que sustenta la diagnosis de esta especie, pero nos ha permitido mirar caracteres externos. Nos tomó bastante tiempo porque tampoco es una especie muy común y en los últimos tres años se hizo una descripción formal y ahora está aceptada por la comunidad científica con la publicación en una revista internacional”, indicó.
Los ejemplares se hallan en las cuencas de los ríos Beni e Itenez, pero no se descarta su presencia en otros ríos de la Amazonía boliviana, donde confluyen grandes cuerpos de agua y alta diversidad ictiológica. Carvajal añadió que otra característica importante a considerar es que la nueva especie tiene cierta coloración en la aleta caudal, además de la cantidad de huesos, estructuras óseas y un patrón único en la morfología del cuerpo.
El nombre castellonae fue elegido en homenaje a la bióloga boliviana Dylian Castellón (1975–2021), quien dedicó su vida a la investigación de peces y ecosistemas acuáticos en Bolivia. Castellón fue parte fundamental y directora de la Unidad de Limnología y Recursos Acuáticos (ULRA) y formadora de jóvenes investigadores en el área de ictiología. “Su legado sigue presente en la ciencia boliviana y en los que fuimos sus alumnos”, subrayó en sus redes sociales Flavio Gallo Cardozo.
El equipo de investigación también destaca, mediante el documento, la necesidad de seguir explorando los sistemas fluviales del país, ya que muchas regiones permanecen poco estudiadas. Las cuencas bolivianas de los ríos Madeira y Amazonas albergan una riqueza de especies aún en proceso de descripción.
Esta nueva piraña se suma a una lista creciente de peces descubiertos en el país, lo que refuerza la importancia de Bolivia como epicentro de descubrimientos taxonómicos.
En el análisis comparativo, los investigadores evaluaron también el cráneo, la mandíbula y la dentición, elementos claves en la identificación de pirañas. Se emplearon radiografías y estudios anatómicos detallados para identificar diferencias significativas con otras especies similares. La combinación de estas pruebas y la revisión de más de 30 ejemplares permitió confirmar que S. castellonae es una especie válida y no una variante de otras previamente conocidas.
Este hallazgo enriquece el conocimiento científico y también aporta a la conservación, al evidenciar la existencia de especies endémicas con hábitats específicos que requieren protección.
La publicación concluye con un llamado a la continuidad de los inventarios biológicos y al fortalecimiento de la investigación local. Bolivia, gracias a sus vastas redes hidrográficas, sigue ofreciendo sorpresas para la ciencia, ya que cada nueva especie descrita no solo amplía el catálogo de la vida, sino que revela cuánto queda por conocer en nuestros propios ríos.
Serrasalmus castellonae es la segunda especie descubierta y registrada, gracias al trabajo persistente de investigadores bolivianos comprometidos con el conocimiento y la memoria de quienes, como Dylian Castellón, dedicaron y dedican actualmente su vida a estudiar y proteger lo más profundo de los ecosistemas en Bolivia.