La irreal felicidad de las redes
Hoy y siempre, los seres humanos vamos en busca de la felicidad, aquella que, en muchas ocasiones, solemos pensar que muchos ya han alcanzado, más aun hoy en día cuando las redes sociales nos muestran una vida ficticia, que en muy pocas ocasiones se asemeja a la realidad. Sólo se venden momentos positivos.
Esta irrealidad ha hecho que muchos de nosotros comparemos cotidianamente nuestras vidas con las que observamos en las redes y, claro, llegamos a la triste conclusión de que no se parecen en nada a las nuestras y es ahí donde se inician nuestras frustraciones.
Intentamos por todos los medios imitarlas, nos metemos en sitios donde a la distancia de un clic obtendrás dinero de la forma más sencilla, sin ningún esfuerzo y de pronto nos damos cuenta de que cada vez más nos metemos en una gran fuente de infelicidad y frustración.
Cuando nos encontramos con capturas o instantes de las vidas de otras personas, cometemos el error de sobregeneralizar, infiriendo, en este caso, una vida repleta de felicidad a partir de una pequeña muestra a la que tenemos acceso.
¿Hay algo malo en mí?, ¿por qué mi vida es tan dura?, ¿estaré haciendo algo mal?, ¿no tengo la capacidad?, surgen estas y muchas otras preguntas en nuestra cabeza y no logramos darle respuesta, lo que deriva en momentos de mucha tristeza e infelicidad.
Pero el hecho de que muchas personas sólo ocultan deliberadamente los malos momentos solamente supone tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Todos queremos ser felices y, si pudiésemos elegir, claro que elegiríamos esta opción, pero sabemos también que esto no es posible, porque es obvio que existe otro tipo de emociones a las que hay que dar cabida en nuestras vidas y no intentar taparlas, ya que cada emoción tiene una importante función.
Cuántas veces nosotros mismos, durante un viaje o una salida, capturamos sólo los instantes donde aparentemente estamos pasando un maravilloso momento e inmediatamente lo subimos a nuestras redes, ¿pero ésa es la realidad? ¿Hemos estado tan felices como aparentamos? No obstante, en esta nueva sociedad tan acostumbrada al “lo quiero y lo quiero ya”, especialmente cuando hablamos de las nuevas generaciones, esta recompensa inmediata puede dificultar enormemente la consecución de metas o proyectos, puesto que caemos en el consumismo, nos acostumbramos a tener lo que queremos en ese mismo instante y restamos importancia a otras cosas con más valor, por el mero inconveniente de tener que esperar más para disfrutar de ellas.
Lo que vemos no siempre es la realidad, de hecho, casi nunca lo es, porque en muy pocas ocasiones alguien sube fotos en las cuales está sufriendo o fotos de su frustración y tristeza por los momentos difíciles que está pasando, o una foto después de haber perdido el empleo o durante el momento en el que el médico le da una mala noticia. Simplemente, esto no se expone.
Por ello mi reflexión para que nos demos cuenta de lo irreal de esta realidad, porque simplemente no debe afectarnos, es más, tenemos la obligación de no dejarnos llevar por la apariencia falsa que muestra la tecnología. Estamos en un mundo plagado de momentos que no son sencillos, plagados de momentos tristes y duros, pero todo ello es parte de la vida real, aquella que debemos vivir día a día y disfrutarla con lo bueno y malo que nos traiga.
No te sientas obligado a fingir, es más: no te expongas, porque tu vida es tuya y a nadie más le interesa lo bien o mal que te puedas sentir. Deja ya de buscar recetas mágicas, porque no existen, la vida real exige esfuerzo y mucha voluntad… la vida feliz de las redes ¡simplemente no existe!.