La amistad que te abraza
Los amigos de verdad pueden contarse con los dedos de la mano, decía mi madre. ¿Te has preguntado alguna vez cómo son los amigos de verdad? ¿Cuántos amigos tienes? La amistad es quizás la forma más perfecta del amor. A diferencia de las relaciones con la familia, con los amigos el vínculo se elige, no se hereda. A diferencia del amor de pareja, en la amistad no hay compromisos, ni pactos de exclusividad. Además, toda forma de amor exige que haya amistad, pero la amistad no exige que estén involucradas otras formas de amor.
Dicen que el que tiene un amigo, tiene un tesoro. Y es verdad. Los buenos amigos son como un bálsamo para la vida y un antídoto contra las enfermedades físicas y emocionales. Sin embargo, no todas las personas con las que tenemos un trato continuo son nuestros amigos, ni todos quienes se dicen nuestros amigos lo son de verdad.
Las amistades profundas y sinceras son escasas y, por eso mismo, es bueno que aprendamos a valorarlas.
Hoy es un día especial, para muchos, el día de la tarjeta, para otros es un día cualquiera que nos recuerda que tenemos grandes amigos y, por ello, es bueno que, a pesar de la fecha en sí, agradezcamos la dicha de tener a ese “pepe grillo” que está ahí en los buenos y malos momentos que pasamos.
La palabra amistad engloba muchas cosas. De hecho, a veces no se aprecia tanto como se debería. Tanto es así que alguna vez, incluso, se hicieron investigaciones destinadas a saber cómo debe ser un verdadero amigo, entre las cosas más importantes, por ejemplo, está el hecho de que es esa persona que se preocupa sinceramente por ti, quien no solo aparece cuando no tiene algo mejor que hacer. Por eso, está al tanto de lo que te ocurre y no espera a que tú lo busques para hacerse presente. Le interesa saber de ti y será el primero en llegar cuando pases por un problema grave.
Otra de las características es que quiere entenderte, no juzgarte, ya que la amistad es una aceptación mutua. Un amigo de verdad no quiere cambiarte, ni está en función de criticarte o cuestionar tu vida, sabe que tienes defectos. Un amigo de verdad es quien te comprende, se compenetra y se entrega totalmente a ti. Es esa persona con la que te sientes cómoda al ser tu misma, al mostrarte tal y como eres.
Ese amigo que cuando sabe que estás pasando por un mal momento, te invita a comer un helado o a tomar un café o simplemente a dar una vuelta por la plaza, si sabe que sufres estará a tu lado para devolverte la sonrisa y acompañarte en tu dolor.
Si algo distingue a la amistad verdadera es esa capacidad de escucha, que va mucho más allá de quedarse callado mientras otro habla. También está atento a la palabra del otro y le ayuda a que él mismo se escuche.
Creo que una de las cosas más lindas, valiosas e irremplazables que nos puede pasar es justamente el hecho de vincularnos con una persona que quieres, valoras y respetas, una persona que te importa y que sabe que a ti también le importas, una persona con la que compartes más halla de todo. Hoy todos somos parte de una sociedad invadida por “me gusta” o corazones que se hallan a diario en las redes sociales que utilizamos, en las que “aparentemente” tenemos 500, 1.000 o más “amigos”, pero que, si nos enfocamos en la realidad de la cual formamos parte, podremos seleccionar de esas personas que se consideran mis “amigos” tantos como los dedos de nuestras manos tengan. Hoy en día, es más fácil tocar una pantalla o apretar un botón para conseguir una “amistad”, que hacerlo realmente. También es más fácil comunicarse con esos amigos por las redes, porque allí solo hay letras, porque todo lo que se puede llegar a sentir queda del otro lado de la pantalla, todo lo que pasa allí es más fácil, que no quiere decir mejor, porque cada vez pasamos nuestra vida social en las redes, porque en vez de dar una abrazo o un beso ponemos un “me gusta”, porque en vez de compartir los momentos juntos y hacer de ellos experiencias inolvidables, la pasamos sacando fotos para luego compartirlas con los “otros” amigos.
Por eso, hoy quise rendir un homenaje, sea el día o no, a la amistad, aquella que mira a los ojos, aquella que derrama una lágrima contigo, a la amistad que te abraza y te hace una mejor persona.