Las redes sociales, un gran problema
En los últimos años se ha visto una tendencia en los problemas de salud mental que afectan, sobre todo, a nuestros hijos y que se derivan de un uso indiscriminado de las redes sociales. En aplicaciones tales como Instagram, nuestros jóvenes están inundados constantemente con imágenes de personas con cuerpos “perfectos”, poco realistas y mágicas dietas que pretenden solucionar todos los problemas de imagen corporal. A su vez los filtros del TikTok y Snapchat crean la sonrisa perfecta, la cintura más delgada o la piel más perfecta.
Varios estudiosos del tema han demostrado que estas plataformas de redes sociales tienen un efecto grave en la autoestima de nuestros hijos, lo que provoca tasas más altas de problemas relacionados con la salud mental y trastornos de orden alimentario, todo esto sumado a los efectos negativos que los jóvenes enfrentaron durante la pandemia por perderse el aprendizaje y las interacciones en persona con sus pares.
Creo que ya es tiempo de que reconozcamos que el diseño de las redes sociales crea problemas que los padres más atentos o incluso los profesionales médicos no estamos pudiendo solucionar.
Las aplicaciones de redes sociales están diseñadas como tal para maximizar la viralidad, la interacción y las ganancias. Nosotros podemos enseñar a nuestros hijos sobre los peligros que acechan en línea, pero si las plataformas continúan permitiendo que esas cosas se enconen dentro de sus redes, hay poco que como individuos podamos hacer.
Cada vez en mayor medida, nuestros jóvenes dependen de las redes sociales, necesitan saber todo y en todo momento, sobre qué está sucediendo a nuestro alrededor, si no disponen de conexión los veremos enfadados, o lo que es peor aún, ansiosos. Se nos está haciendo cada vez más complicado desengancharlos de esa droga tecnológica.
Quizás la solución pase por limitar el tiempo de uso de los dispositivos móviles o tal vez eliminar las aplicaciones que los enganchan más. De hecho, estoy segura de que este es un problema muy gordo en el cual no estamos pudiendo encontrar la salida porque ocurre algo que es aún peor, muchos de nosotros, que somos padres, estamos también enganchados.
Los fracasos escolares se han incrementado, la visita a los psicólogos o psiquiatras es cada vez más frecuente, los índices de atención dispersa han subido terriblemente y paro aquí, porque los demás temas serán motivo de otra columna.
En este punto, quizás lo único que pueda escribir es que reflexiones seriamente sobre este tema y seas tú el principal ejemplo para tu familia, seas tú como adulto quien pueda desvincularse de las redes sociales, que seas tú como adulto quien ponga límites y horarios a perderse en el ciberespacio.
Que seas tú propiciando en el hogar espacios de reflexión y conversación sobre estos temas, que seas tú quien desempolve aquellos juegos de mesa que nos hacían pasar momentos de diversión verdadera y con los que podíamos pasar gratos momentos con los amigos.
Vivimos en una sociedad con mayores desafíos, mayores retos, pero también mayores peligros y de nosotros depende que podamos poner un freno a este desenfreno llamado “redes sociales”.
Te animo a ser tú el primero en apagar el móvil para pasar tiempo en familia y ser el mejor ejemplo de que la vida está al otro lado del celular, al otro lado del TikTok y las demás plataformas, que se pueden atesorar momentos hermosos cuando uno mira, siente y comparte con los que están a nuestro alrededor.