Taquigrafía del corazón
La gente puede sorprenderse de la taquigrafía porque es una habilidad que no es común en la actualidad. Este sistema de escritura abreviado que se utilizaba para tomar notas de manera eficiente durante las conferencias, reuniones o discursos definitivamente pasó a la historia. Estamos en la era digital y existen conocimientos habilidosos, como la taquigrafía, que perdieron absolutamente toda popularidad. Cuando alguien muestra este conocimiento, sorprende a las nuevas generaciones debido a su rareza y la destreza requerida para dominarla. Emplear trazos breves y abreviaturas especiales para representar letras, palabras y frases a muchos asombra, definitivamente la taquigrafía entró en la categoría de arte-ciencia tristemente olvidada o muerta. A decir verdad, más muerta que olvidada pues las nuevas generaciones, hablo de un nicho de jóvenes entre los 20 y 30 años, no tienen la menor idea de la palabra y menos de su función.
Me arranca sonrisas recordar los rostros de los asistentes a uno de mis talleres, donde nunca faltan las bromas, los momentos de esparcimiento y, por supuesto, de aprendizaje. En una de las dinámicas teníamos que hacer algo difícil de descifrar, podíamos hacerlo a través de cualquier recurso: palabras, dibujos, gestos, en fin. ¿Qué opción creen ustedes que elegí? ¡Exacto! Justamente lo que estás pensando, escribí en taquigrafía. Por supuesto, nadie pudo descifrar lo escrito porque ni siquiera sabían que existía. Ese escrito taquigráfico era la captura de todo lo que ellos hablaban mientras nos divertíamos aprendiendo, en otras palabras, a través de esos símbolos yo capturé las palabras que decían y se decían entre ellos, registré la información relevante de manera rápida y concisa. Al dar lectura de lo sucedido, muchos se miraron tiernamente, otros se abrazaron y algunos solo agacharon la cabeza con un par de lágrimas de emoción en los ojos, pues no tenían conciencia de las cosas lindas que sentían. No es mi intención a través de esta columna que ustedes se enteren que tengo esa habilidad que llegó a mi vida junto con mi título de secretaria ejecutiva, mi objetivo es forzar una analogía entre la taquigrafía y la vida misma, es ver la importancia de capturar y aprovechar los momentos claves de nuestro existir de manera eficiente. Al igual que en la taquigrafía, donde buscamos registrar la información relevante de manera rápida y precisa, en la vida también enfrentamos situaciones y se presentan oportunidades que requieren una respuesta rápida y efectiva.
Así como una taquígrafa necesitaba habilidades para capturar la esencia de un discurso en palabras clave, nosotros en la vida necesitamos habilidades para identificar y aprovechar los momentos importantes. Tanto la taquigrafía como la vida requieren atención, agilidad y una capacidad de discernimiento para rescatar lo esencial de lo superficial.
En la vida como en la taquigrafía, el dominio y la práctica son fundamentales para mejorar. Me acuerdo perfectamente la cantidad de horas que invertía para aprender los símbolos y luego fluyan naturalmente, confieso que en ese entonces no invertía tanto tiempo en desarrollar habilidades y conocimientos para capturar los mejores momentos de mi vida.
Ahora, después de casi cuarenta años, valoro que en la partitura de la vida, sin tener conciencia de ella, existe cierta taquigrafía del corazón que nos enseña a capturar con destreza los acordes del amor, las pausas del aprendizaje y las notas fugaces de la felicidad.