Palestina: Cuna de luz y esperanza
Me encanta escuchar las canciones de Santiago Benavides, cantautor colombiano, quien ha hecho canciones desde su adolescencia cuando comprobó que era mejor poeta que futbolista.
Entre todas sus composiciones existe una que titula “Dame una fe sencilla”, cuya letra no solo posesiona a Palestina como la cuna de la luz y la esperanza, sino también la visibiliza de forma descriptiva como el hogar terrenal de Aquel Salvador, Sanador y Libertador. Cuando la canto, no puedo dejar de lagrimear, pues no solo añoro vivir mi fe de esa manera, sino también rememoro mis orígenes, pues mis abuelos y suegros migraron de esa tierra bendita y divina que es la de Palestina, donde nació Jesús y cuyas calles recorrí este 2023 constatando mi historia, por un lado, y la historia de la humanidad, por otro. Por favor, léela con atención:
Dame una fe sencilla
como risa de niños cuando juegan.
Como gota de rocío que se rueda
como cruz de rústica madera.
Dame una fe sencilla
que se siente a la mesa de los pobres
que se alegre de alegrar sus corazones
y que llore también con sus dolores.
Una fe así, parecida a ti.
Sencilla, como fue a la tierra tu venida
como fueron tus historias campesinas
como fue tu hogar en Palestina.
Dame una fe sencilla
para curar con esperanza la tristeza
para cantar por el perdón en esta guerra
para avivar el pabilo que humea.
Dame una fe sencilla
que no le da espacio a la mentira
que no logra acomodarse a la injusticia
y no calla lo que sabe que da vida.
Una fe así, parecida a ti.
Sencilla, como fue a la tierra tu venida
como fueron tus historias campesinas
como fue tu hogar en Palestina.
Sencilla, como tu mirada compasiva
como aquellas aldeas recorridas
como el amor que te llevó a dar la vida
A dar la vida, a dar la vida.
En la época navideña, Palestina es más recordada por haber sido el lugar desde donde la esperanza del mundo surgió. La esencia de la Navidad vio, por primera vez, la luz en esta tierra cargada de significado, pero fuera de diciembre Palestina resuena por su historia saturada de conflictos e injusticias, detrás de los titulares en los periódicos se teje toda una narrativa compleja de intereses divergentes. Sin embargo, esta columna invita a contemplar la tierra santa desde una perspectiva que va más allá de lo que dicen las redes sociales. Palestina ha sido y será un faro espiritual, pues dio al mundo una razón para celebrar la Navidad. Esta temporada es una oportunidad para reflexionar sobre el mensaje perdurable que emana de esa tierra ancestral, cuestionar los intereses que buscan oscurecer su presencia e importancia y buscar con corazón sincero a quien hace más de 2000 años nació en ese lugar.
Jesús nació en Palestina, trajo un mensaje que trasciende fronteras y tiempos. Su nacimiento en Belén nos recuerda que más allá de los desafíos contemporáneos, Palestina tiene registrada la historia más importante de la humanidad, su identidad es indeleble a pesar de los retos, su rica herencia cultural, histórica y espiritual perdura y perdurará, recordándonos que su existencia va más allá de las líneas de un mapa que muchos quieren borrar de la tierra y que su mensaje de amor, paz y esperanza trasciende las compras y los regalos materiales. El mejor obsequio llegó desde Palestina hacia el corazón de cada habitante del mundo. Recibamos ese regalo inmerecido con corazón humilde y una fe sencilla.