Un viaje al humor con Javicho Soria
En un viaje entre risas y ocurrencias mediante una entrevista con la Revista OH! nos sumergimos en el mundo del comediante Javicho, un verdadero artista que ha convertido la comedia en su oficio y pasión. En este encuentro, exploramos desde sus influencias hasta los entresijos de su proceso creativo.
Javicho, en un principio, estudió Comunicación Social porque era lo que más se parecía a lo que él quería hacer, que era estudiar cine. De a poco y a manera de pasar el tiempo se fue dedicando y adentrándose al mundo de la comedia, lo cual consideraba “momentáneo”.
El dilema surgió cuando contempló la posibilidad de entrar en definitiva al cine, ya que abandonar la comedia significaría dejar su fuente de ingresos. Un círculo vicioso en el que la necesidad de dinero se mezcla con el amor por el arte.
En cuanto a lo que se dedica actualmente, Javier confiesa que encuentra motivación en grandes comediantes mexicanos, mientras que en Argentina comparte risas con colegas destacados como Luciano Mellera y la carismática activista Malena Pichot.
Antes de subir al escenario, nos comparte desde bromas sobre sacrificios de corderos hasta la práctica de ejercicios vocales que lo ayudan a tranquilizarse porque, a pesar de la experiencia acumulada de todos estos años, siempre están presentes la adrenalina y los nervios.
La inspiración, ese combustible vital para todo cómico, la encuentra en la vida cotidiana, la familia y en los rincones más inesperados. El comediante nos sorprende al revelar que para sus futuras presentaciones está inmerso en la creación de un extenso material sobre la vida de Melgarejo, un personaje que promete hilaridad y reflexión a partes iguales.
Las notas en el celular y una libretita llena de apuntes enigmáticos son el tesoro del comediante, donde cada garabato es una semilla para futuras actuaciones. Además, comparte anécdotas de rutinas que generaron risas en diferentes lugares, desde Bolivia hasta Argentina y Colombia, ya que combinar culturas en la vida cómica es un desafío que demuestra la versatilidad del comediante para ajustarse a diferentes audiencias.
Rutinas sobre la experiencia de ser boliviano en Argentina y las hilarantes adaptaciones de películas dobladas al español son algunos ejemplos de gemas cómicas que han conquistado audiencias en distintos lugares.
También confiesa que, en esos momentos en que la reacción del público no es la que esperaba, la improvisación y salir por la tangente son clave, una montaña rusa emocional que enfrenta con humor y autenticidad.
Pero ¿hay límites en el humor de Javicho? Aunque asegura no censurarse, destaca la importancia de elegir sabiamente y abordar temas polémicos con sensibilidad, asegurándose de no convertirse en el agresor, sino en el crítico de quienes ostentan el poder.
Para cerrar con broche de oro, el cómico comparte una anécdota única: actuar en una boda evangélica con la peculiar restricción de no hacer chistes sobre Jesucristo. La adaptabilidad del cómico se pone a prueba, explorando el delicado equilibrio entre autenticidad y respeto al público.
En definitiva, este viaje por el universo de Javicho nos deja con risas, reflexiones y la certeza de que la comedia es un arte que navega entre la irreverencia y la autenticidad, llevándonos a un lugar donde la risa se convierte en el vínculo universal que todos necesitamos.
Finalmente, invita a todo el público boliviano a sus shows que se realizan entre La Paz y Cochabamba aproximadamente cada tres meses, prometiendo una noche llena de risas y nuevas rutinas. Con historias que van desde pinturas rupestres del Imperio Incaico hasta anécdotas personales, Javicho promete un espectáculo único.