El impulso al turismo a través de las imágenes
“Una imagen dice más que mil palabras”, la frase más cliché y sobreexplotada que podemos encontrarnos, sin embargo, su uso indiscriminado y muchas veces incorrecto no le quitan la verdad que conlleva. Las imágenes tienen la cualidad de transmitir mucha información sin toparse con barreras como el idioma o la inflexión.
La capacidad simbólica de la comunicación visual tiene el potencial para trascender culturas, lenguajes y fronteras. Así, el dicho se concreta y entendemos realmente que, en ciertas ocasiones, con una sola fotografía podemos transmitir mucho más que compartiendo textos o palabras, sobre todo en nuestros días, donde compartir una imagen en plataformas digitales nos ofrece la posibilidad de alcanzar a cientos de miles de personas, otorgando acceso prácticamente infinito a paisajes de todo el mundo.
Hoy, somos capaces de contemplar el Parlamento de Londres con la Torre de Isabel sin haber puesto un pie en el Reino Unido. Conocer de memoria el skyline de Nueva York sin habernos acercado a la ciudad norteamericana. Saber exactamente cómo lucen las auroras boreales en la laponia finlandesa, sin siquiera habernos planteado viajar hasta allí, pero las imágenes sí nos llegan.
Es más, esas famosas imágenes terminan formando parte de nuestro imaginario colectivo, de nuestra educación y conocimiento. De esta manera, cuando pensamos en los países nórdicos, automáticamente evocamos las imágenes de las auroras bailando sobre la nieve. Cuando escuchemos el nombre de Estados Unidos, nuestra mente levantará la imagen de los altos rascacielos neoyorkinos, y cuando hablemos de Inglaterra, el famoso Big Ben hará una aparición en nuestra cabeza.
Las imágenes han pasado a representar la identidad de los lugares, a ser el primer encuentro entre una locación y el mundo.
En Una Gran Nación, esta idea ha sido uno de nuestros pilares principales. ¿Cómo es posible que sepamos exactamente cómo se ve un edificio europeo, pero no sepamos cómo se ven nuestros increíbles cerros? ¿Es normal que conozcamos de memoria el paisaje de playas en México, pero no sepamos cómo se ven los bosques chiquitanos? La respuesta a la que llegamos es que no, no es lo correcto.
Así, desde el Movimiento UGN, nos hemos propuesto cambiar esta realidad.
Trabajando y colaborando con la comunidad, queremos mostrar las maravillas y bellezas que Bolivia contiene. En una sola fotografía podemos exponer los increíbles atardeceres vallunos, con el cielo color fuego y los últimos rayos del sol extendiéndose entre las blancas nubes; o exhibir la riqueza vibrante y dinámica de la profunda selva oriental, verde, viva e intimidante. A través del lente de una cámara, somos capaces de descubrir y explorar nuestro territorio, de integrarlo en nuestro pensamiento y de interiorizarlo. Podemos ponerle cara al famoso Sajama, con sus altas y blancas nieves. Podemos reconocer el plano de nuestras ciudades con solo mirar una fotografía desde la altura. Así, podemos realmente descubrir nuestra Bolivia.
A través de la fotografía, nuestro país expande sus posibilidades turísticas llegando a más personas y mostrándose en todo su esplendor, atrayendo el turismo tanto nacional como internacional. Después de ver la belleza que Bolivia esconde en su interior, ¿quién no quiere ir a ver con sus propios ojos esa riqueza única?
Por estas razones, y por muchas otras, la fotografía y la labor de los fotógrafos y editores es vital para el crecimiento del sector turístico en el país. Su capacidad, conocimiento y calidad artística serán clave para exponer Bolivia, descubrir sus rincones más hermosos y promocionarlos ante el mundo, demostrando que las maravillas que contenemos en nuestras fronteras son más que capaces de competir con los famosos destinos turísticos del resto del mundo. Es a través de estas fotografías que todos nosotros podemos comprobar con facilidad que vivimos en Una Gran Nación.