Los besos, un intercambio de amor y salud
En abril, el mundo celebra el Día del Beso, un acto pequeño que hace sentir especiales a millones de personas. Es de conocimiento general que besar produce bienestar porque se liberan hormonas que generan felicidad. Según estudios, se usan hasta 146 músculos diferentes al momento de besar y también aseguran que las personas pasan gran parte de su vida besándose.
La escritora estadounidense Collen Hoover menciona en uno de sus libros que “cuando besas, puedes alejar los malos pensamientos, puedes alejar el dolor con besos, la duda, la pena. Cuando cierras los ojos y besas, te proteges de la vulnerabilidad”.
En la actualidad, el beso tiene, sobre todo, un poder terapéutico y psicológico. “Es una demostración de cariño, de amor, de respeto, de amistad. Con un beso se comunican muchísimas cosas”, comenta la psicóloga Francesca Albini en su libro Bacioterapia.
Los besos son una manifestación de amor, es muy probable que muchos estén en contra de esta demostración porque a su vez puede ser un transmisor de alergias alimentarias, de medicamentos e infecciones virales como la influenza. Sin embargo, está comprobado que existen múltiples beneficios para el bienestar emocional y mental.
¿Por qué, además de bonitos, los besos son importantes?
Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona, en Estados Unidos, analizaron los efectos de un beso entre cónyuges y convivientes, respecto a sus niveles de colesterol, estrés, percepción del estrés y satisfacción de la relación amorosa. Una de sus conclusiones es que “dentro del contexto de relaciones románticas maritales y de convivencia, besarse es un comportamiento comunicativo que causa mejoras en algunos parámetros del bienestar físico, mental y relacional (…). La indicación de besarse más ha sido frecuentemente utilizada como un componente de la terapia marital, y los presentes resultados proveen evidencia experimental de que aquella prescripción puede mejorar la satisfacción de la relación”.
Otro beneficio es la eliminación de partículas de comida de los dientes, ya que al besar se estimula la producción de saliva. También disminuye el nivel ácido que causa las caries y la placa dental.
Al besar se produce adrenalina en la sangre, produciendo un efecto muy parecido al que se siente cuando se realizan actividades muy exigentes, como tirarse de paracaídas o correr, aumentando el ritmo cardiaco de 60 hasta 100 pulsaciones por minuto, también es la mejor terapia, principalmente para superar las depresiones, ya que besar aumenta el autoestima.
Aunque besar es un acto totalmente natural, no en todos los lugares del mundo está visto de la misma manera. De hecho, existen algunos lugares en el mundo en los que besar en público está prohibido, como en Dubái, Malasia o Guanajuato.
Otro dato importante es que no en todas las culturas tiene el mismo significado, por ejemplo, los esquimales se saludan frotando las narices como demostración de cariño, en Japón los besos apasionados se dan en el cuello o en la mano, en Bélgica, Alemania y Suiza suelen darse tres besos comenzando por la derecha. Mientras que en Holanda existe la tradición de dar un pequeño beso en la boca entre los hombres y mujeres conocidos.
En los últimos tiempos, el mundo entero vivió las secuelas de la pandemia de la Covid-19, algo tan básico como dar la mano o un beso se convirtió en algo imposible por el distanciamiento social o miedo a contagiarse. Aunque la pandemia en la actualidad ya no está tan presente como antes, aún queda la susceptibilidad en las personas, por lo que de a poco están volviendo los abrazos y los besos entre amigos y familiares.
Aun cuando este acto es beneficioso para la salud, debe omitirse en casos de enfermedades altamente contagiosas, como la mononucleosis (llamada popularmente enfermedad del beso), la gripe A (H1N1) o la hepatitis A, entre otras.
Definitivamente uno de los mejores consejos en la vida es besar, besar a la pareja, a la familia, a los amigos, a un ser querido.
Origen del Día Internacional del Beso
Este día, que se celebra en todo el mundo, nace a raíz de un concurso realizado anualmente en Tailandia, en conmemoración por el Día de San Valentín.
Esta festividad es el resultado de un concurso celebrado en 2011, cuando una pareja logró el récord mundial por el beso más largo, que tuvo una duración de 46 horas, 24 minutos y 9 segundos. Dos años más tarde, los mismos amantes batieron su propia marca al estar sin despegar sus labios durante 58 horas, 35 minutos y 58 segundos.