Duda de tus excusas
En el año 2015 escribí algo que lo titulé “Esquezofrenia (con E)”, ahora después de tanto tiempo me acordé de eso porque tristemente estoy viendo que muchas personas viven sin dudar de sus excusas y, lejos de hacerlo, creen en ellas, y eso es lo más triste.
Me permito copiar parte de mi pensamiento de ese entonces y a pesar de que los pensamientos evolucionan, este en mí, sigue vigente de manera inamovible:
Una sola letra marca la diferencia entre la enfermedad mental que provoca alucinaciones, alternaciones de la personalidad y pérdida del contacto con la realidad, conocida como Esquizofrenia (con I), de quien conocemos más consecuencias que causas; aunque es válido hacer mención que dependerá de la postura teórica para poder entenderla; y la Esquezofrenia (con E) de la cual se tiene menos información e inversión en su estudio; no obstante, aqueja a un porcentaje mucho más alto que la que se escribe con “I”. Es más, es posible que muchos de nosotros la estemos padeciendo y no ha sido diagnosticada. (Tienen que saber que estoy siendo absolutamente irónica pues no existe la palabra o el diagnóstico de Esquezofrenia con E).
La Esquezofrenia (con E) se caracteriza por la justificación constante generalmente de lo injustificable, vale decir, vivir excusándonos... “es que” llegué tarde por...; “es que” pensé que lo amaba pero….; “es que” le compré todo lo que quería y aun así; “es que” creí haber hecho lo correcto…; “es que” tomé la decisión a pesar de…; “es que”…Dios puede esperar… en fin, ejemplos sobran para seguir tomando atajos en nuestras vidas; mismos que son argumentos que se dan para justificar un error o demostrar que no somos culpables y/o responsables de algo.
Pretendo quedarme con la última parte: ejemplos sobran para seguir tomando atajos en nuestras vidas, mismos que son argumentos que se dan para justificar un error o demostrar que no somos culpables y/o responsables de algo.
Esos argumentos que las personas presentan a otros o a ellos mismos como excusas aturden a tal punto los pensamientos y desordena tanto los valores que ya no logran diferenciar la verdad de la mentira. Los convence de tal manera que pelean y sostienen una historia inventada, nublando la visibilidad entre lo que en realidad sucedió y lo que no sucedió.
Esquezofrenia (con E) es un término inventado por mi persona, asumo toda la responsabilidad de él y aclaro que lo uso para entender la excusa constante que las personas usan para justificar lo injustificable. Al hacerlo se des-responsabilizan y justifican todo con la famosa frase “es que…”
Es que….tú me dijiste, me hiciste, no me miraste, insinuaste, dice que dijiste, etc., etc., etc. Si sucedió o no es irrelevante, lo cierto es el poder que esta frase ejerce para evitar asumir compromisos mayores y/o cumplir con responsabilidades adquiridas. Es asombroso como esto convierte a las personas en negligentes, por consiguiente, se alejan de ser diligentes y ¿saben? La primera empobrece y la segunda enriquece. Si no piensas en esto por buen tipo por lo menos, te invito a que lo hagas por interés.
Existe tal epidemia y sin tratamiento alguno, ya que no existe medicación salvo una profunda reflexión, una buena conciencia, un deseo de hacer bien las cosas, anhelo de ser buena persona y, sobre todo, ambicionar una buena reputación como una de las mayores herencias para nuestros hijos, ya que “de más estima es el buen que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro del mundo” (Prov. 22:1).
Así lo pienso…