Cuida tus relaciones de amistad
Un amigo es una buena compañía en los buenos y malos momentos. Son las personas con las que compartes viajes, cenas, risas, lágrimas y un sinfín de emociones. Cultivar una amistad requiere del esfuerzo de dos personas, aquí te compartimos algunos consejos:
Dedica tiempo a tus amigos: pasar tiempo con ellos y compartir diferentes experiencias es fundamental para que la amistad crezca y se mantenga en el tiempo. Cuando somos pequeños esto es muy sencillo, ya que tenemos menos responsabilidades, disponemos de mucho tiempo libre y coincidimos en lugares como el colegio. Pero esto cambia a medida que pasan los años, por lo que requiere de un pequeño esfuerzo por ambas partes para cuadrar horarios y mantener el contacto. Incluso cuando se vive lejos se puede encontrar la forma. De no ser así, aunque el recuerdo sea bonito, es probable que la amistad se enfríe.
Sé honesto con ellos: como en todas las relaciones, la sinceridad es clave para que una amistad se mantenga a lo largo del tiempo. Mentir u ocultar para, por ejemplo, hacer otros planes no tiene sentido. Es necesario tener la confianza suficiente como para decir la verdad en cualquier ocasión que se produzca.
Aprende a superar las discusiones y a perdonar: todos los amigos tienen alguna que otra discusión, eso es así. La mayoría de ellas son cosas sin importancia, por lo que conviene relativizar y perdonar cuando sea necesario, pues todos nos equivocamos. Por supuesto, esto no quiere decir que aguantemos todo, no. Hay que identificar la importancia del problema y si compensa o no mantener la amistad, si es así lo mejor es hablarlo y llegar a una solución y si no, dejar la relación con esta persona.
Ofrece tu apoyo cuando sea necesario: para que la amistad crezca es necesario que estés ahí tanto en lo bueno como en lo malo. A todos nos encanta quedar para tomar algo y pasarlo bien, pero cuando realmente se demuestra la amistad y lo que apreciamos a la otra persona es estando ahí para ofrecer nuestro apoyo, sea de la manera que sea, desde tener una charla hasta hacer algo específico por esa persona.
Y déjate ayudar cuando lo necesites: la amistad tiene que ser mutua y tan importante es dar como saber recibir. De esta forma identificarás si la amistad es realmente correspondida. Para ello es importante que te abras y te olvides de hacerte la dura, ¡todos tenemos bajones! Cuando lo necesites, acude a tus amigas o amigos y ya verás cómo los problemas parecen menos graves.
No te olvides de los detalles: gestos sencillos como recordar la fecha de su cumpleaños, preguntarle qué tal todo si llevan algunos días sin verse o decirle de vez en cuando lo mucho que la aprecias marcan la diferencia. A todos nos gusta que nos demuestren que somos importantes para ellos, así que en vez de esperar a que lo hagan, ¡hazlo tú!.
Con datos de enfemenino.com