Tarata un novedoso museo espera al visitante
En el pintoresco municipio de Tarata, también conocido como la Villa Colonial del valle alto, situado a unos 45 minutos de Cochabamba y rodeado por la majestuosa represa La Angostura, donde las calles empedradas y la arquitectura colonial evocan tiempos pasados, se encuentra un destino que va más allá de su famoso chorizo tarateño.
En medio del bullicio de turistas que recorren las calles para admirar la Casa de la Cultura y el convento de San José, una joya cultural menos conocida espera ser descubierta: la Casa Museo de Arte. Jorge Velasco Rivas, un respetado artista plástico de 68 años, es la mente maestra detrás de este fascinante rincón.
Este espacio fue concebido en colaboración con la familia Velasco, es independiente y lamentan la falta de apoyo por parte de las autoridades. “Tarata merece estas joyas culturales”, enfatiza Velasco, refiriéndose al motivo detrás de la transformación de su casa familiar en un museo. Un legado que va más allá de las paredes, ya que la familia tiene grandes planes de expansión para acoger más obras y remodelar el jardín en pos de un esplendoroso espacio museístico.
Si bien la Casa Museo de Arte vio la luz antes de que las sombras de la pandemia se ciernan sobre el mundo, su vida fue truncada temporalmente por las restricciones de la misma epidemia. Sin embargo, la determinación de Velasco y su familia los llevó a reabrir con renovada esperanza.
Tarata, cargada de historia y figuras políticas y artísticas destacadas, ve en este lugar una forma de honrar su legado. “Nuestro objetivo es permitir que los turistas se conecten con nuestra historia y cultura”, declara el premiado artista. Las paredes del museo se engalanan con óleos que retratan los paisajes del valle de Cochabamba, además de parodias ingeniosas de obras icónicas.
Más allá de las pinturas, el museo atesora un caleidoscopio de antigüedades, desde lámparas hasta maletas y teléfonos de antaño, evocando una sensación de nostalgia y asombro. Entre las exhibiciones, se encuentran tesoros como monedas y libros, como cápsulas del tiempo que desvelan los secretos de épocas pasadas.
Por ahora, solo se abre los domingos, desde las 9:00. El ingreso es gratuito.
OTROS ATRACTIVOS
El encanto de Tarata no se limita al museo. Sus plazas y edificios emblemáticos, con siglos de historia, se entrelazan con la esencia del lugar. La iglesia de San Pedro, con su estructura en forma de cruz latina, es un testigo silente de los tiempos pasados. Los retablos tallados en madera y revestidos de pan de oro relatan historias antiguas, mientras que el órgano del siglo XVIII y la espada de Melgarejo añaden un toque de autenticidad histórica.
El Palacio Consistorial, convertido también en museo histórico, narra los acontecimientos que han dado forma a Tarata. Hacia el noroeste, El convento franciscano de San José de Tarata, declarado como Monumento Nacional en 1971 y uno de los más antiguos de Bolivia, encierra la esencia religiosa de la región. Y justo frente a él, una gama de artesanías y tejidos adornan el paisaje, reflejando la destreza creativa de las mujeres del Valle de Tarata.
Desde el Mirador de la Torre de la Alcaldía, los visitantes pueden abarcar en una sola mirada la extensión del pueblo.
En este mágico rincón, los tesoros culturales y las expresiones artísticas se funden en un viaje que transporta a los visitantes a través del tiempo y el espacio. Tarata, con su Casa Museo de Arte Velasco, ofrece una ventana al pasado y un tributo eterno a su herencia única.