Sajama: Blanca aventura y aguas termales
Entre todos los gigantes que vigilan nuestro altiplano, uno se eleva por sobre los demás: el imponente Sajama.
Con sus 6.542 metros sobre el nivel del mar, esta magnífica montaña se corona como la más alta de Bolivia, un verdadero espectáculo natural. A sus pies, el Parque Natural con el que comparte nombre se extiende en todo su esplendor, un refugio enorme para el ecosistema de altura que caracteriza a la zona, protegiendo la cordillera y la naturaleza única del altiplano boliviano.
Durante nuestra historia, el Sajama ha tenido amplia importancia cultural y natural. Desde la época precolonial, cuando era visto como una deidad, hasta nuestra época, siendo reconocido como el tesoro natural que es y así impulsando a la creación del primer parque natural de Bolivia. Tal es su importancia natural que, en 2003, esta área protegida fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sin embargo, incluso con todo este renombre, las características más amigables y accesibles del Sajama todavía no son totalmente reconocidas.
Más allá de ser parte importante de nuestro patrimonio natural, cultural e histórico, el Sajama es también un oasis altiplánico. En sus áridas faldas, encontramos espacios de recreación y belleza únicos: las aguas termales.
Como toda gran formación volcánica, los alrededores del Sajama presentan piscinas naturales de agua que se calienta bajo tierra. Estos pequeños ojos de agua sirven para la termorregulación de la zona, haciendo de válvula de escape para el calor que se encuentra debajo del Sajama.
Pero además de su función, también son un excelente sitio de baño y relajación para visitantes, quienes pueden disfrutar de su calor y comodidad en el corazón del altiplano boliviano. A través de la gestión en los últimos años, las zonas de aguas termales ofrecen alquiler de toallas y trajes para ingresar, haciendo que su acceso se facilite aún más.
Por supuesto, las aguas termales son uno de los muchos atractivos de la zona. Las distintas rutas dentro de la zona del Sajama nos pueden llevar a través de distintos pueblos, senderos de caminata que nos llevan a través del altiplano o hacia la cima del volcán dormido, visita de géiseres, antiguas y maravillosas iglesias coloniales, lagunas y paisajes increíbles.
Como estamos visitando una zona de mucha altura, es recomendable hacer el viaje durante los meses secos, entre marzo y octubre, donde podemos disfrutar de la belleza impactante del altiplano.
Si bien el destino está levemente alejado de las principales ciudades de la zona, existen medios de transporte y caminos ya determinados, además de rutas implementadas hacia el parque natural. Desde La Paz, el camino nos lleva durante tres horas y media hasta el gigante del altiplano, un camino que se puede realizar en transporte particular.
Además, en transporte público, se debe tomar el bus que recorre la carretera La Paz-Oruro y bajarse en Patacamaya, desde donde parten minibuses directos a la entrada y las poblaciones del Parque Natural Sajama. Aquí, encontraremos distintas ofertas en cuanto a refugios, rutas y zonas para visitar.
El Sajama, como muchos destinos en nuestro país, es reconocido por su fama y su belleza, pero es poco visitado y muy rara vez se aprecian todas las maravillas que se encuentran a su alrededor. Visitar y viajar por nuestro propio país es una aventura necesaria, que nos llevará a entender que vivimos en Una Gran Nación.
TOMA EN CUENTA
Se recomienda visitar el Sajama durante los meses secos, de marzo a octubre, para disfrutar al máximo de la belleza del altiplano.
ATRACTIVOS
Las diversas rutas alrededor del Sajama nos guían a través de pueblos, senderos de montaña, la cima del volcán, géiseres, iglesias coloniales, lagunas y paisajes impresionantes.