Endometriosis, una batalla silenciosa y persistente
La endometriosis, una enfermedad crónica que afecta al 10% de las mujeres en edad fértil, sigue siendo un desafío médico y social, a pesar de los avances en la comprensión y el tratamiento de diversas condiciones de salud. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia (ACOG) y de la asociación francesa de lucha contra la endometriosis EndoFrance, las mujeres que padecen este mal esperan un promedio de siete años antes de recibir un diagnóstico adecuado.
Por ello, el 14 de marzo, Día Mundial de la Endometriosis, es una fecha destinada a crear conciencia sobre esta afección. La falta de comprensión y conciencia sobre esta enfermedad contribuye a su diagnóstico tardío y a menudo malentendido.
La endometriosis se presenta de diversas formas y con síntomas que pueden ser confundidos con otras condiciones médicas. Los síntomas comunes incluyen menstruaciones dolorosas, fatiga crónica, infertilidad, trastornos digestivos y urinarios, dolor pélvico y lumbar, así como dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales.
La ginecóloga Martha Ledezma destaca la importancia de reconocer los síntomas y buscar ayuda médica temprana, ya que el diagnóstico tardío puede prolongar el sufrimiento de las pacientes. Además, subraya la necesidad de un enfoque individualizado en el tratamiento de la endometriosis, que puede incluir opciones farmacológicas, analgésicos, tratamientos hormonales y cirugía, según las necesidades específicas de cada paciente.
El impacto de la endometriosis en la calidad de vida de las mujeres es significativo, con un 30-40% de las pacientes experimentando problemas de fertilidad y un 70% sufriendo dolor crónico debilitante. Sin embargo, a pesar de los avances médicos, actualmente no existe un tratamiento definitivo para esta enfermedad.
Por su parte, Melisa Pereyra, una reconocida ginecóloga argentina, resalta la resistencia de las mujeres ante dolores intensos, comparándolos con la fractura de mil huesos simultáneamente. Desde el dolor provocado por el parto hasta la cicatriz de una cesárea, la ginecóloga enfatiza la maravilla y la fuerza inherente a la experiencia femenina, a pesar de los desafíos físicos.
La médica argentina hace un llamado a la empatía y la comprensión, cuestionando la creencia de que las mujeres exageran sus dolencias. Apela a la realidad de que cuando una mujer se queja de dolor menstrual, es porque realmente experimenta un malestar genuino que puede afectar su rutina diaria, laboral y social.
La especialista destaca la importancia de reconocer que el dolor menstrual persistente puede ser un síntoma de una patología subyacente, como la endometriosis, que merece atención médica y tratamiento.
Pereyra, conocida como @gineconline en redes sociales, utiliza su plataforma para concientizar sobre la salud femenina. Destaca la capacidad de las mujeres para sobrevivir a los dolores más intensos y enfatiza que el dolor menstrual no debe ser normalizado.
“Detrás de ese dolor que llega hasta modificar nuestra rutina diaria puede estar enmascarándose alguna patología que merece ser diagnosticada y tratada. Ser mujer no debería doler en ningún momento de la vida. Sin embargo, desde que nacemos hasta que nos despedimos de lo terrenal, en cada etapa de nuestra vida, siempre va a haber algo que nos estremezca los huesos y el corazón. Pero no lo olviden, que cuando decimos que duele, duele de verdad”, señala en un post.